Una Traviata inolvidable con Nadine Sierra y Javier Camarena en el Liceu de Barcelona
Por Carolina de Pedro Pascual . Fotos Dorothee Elfring Gran Teatre del Liceu, Barcelona . 01/02/2025
Resumen de la nota
La Traviata de Giuseppe Verdi regresa al Gran Teatre del Liceu con un reparto de lujo, encabezado por Nadine Sierra, Javier Camarena y Artur Ruciński, bajo la dirección musical de Giacomo Sagripanti.
Inspirada en La dama de las camelias de Alexandre Dumas (hijo), la ópera expone una crítica mordaz a la hipocresía social, realzada en la innovadora producción de David McVicar.
Con 12 funciones programadas entre el 17 de enero y el 2 de febrero, La Traviata conquistó al público y brilló por su calidad artística.
La reciente presentación de La Traviata en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, en una producción de David McVicar, ha dejado una huella imborrable en quienes tuvimos la fortuna de asistir.
La ópera de Giuseppe Verdi cobró vida de manera excepcional gracias a las interpretaciones estelares de la soprano Nadine Sierra y el tenor Javier Camarena, aclamados tanto por el público como por la crítica.
El director escénico David McVicar apostó por un enfoque realista, ambientando la historia en los bajos fondos de París, alejándola del habitual glamour para sumergirla en un entorno oscuro y elegante. Bajo la batuta del maestro Giacomo Sagripanti, la producción adquirió una intensidad conmovedora que resaltó la fragilidad de Violetta Valéry frente a la hipocresía de la sociedad burguesa.
Nadine Sierra, en el papel de Violetta Valéry, ofreció una interpretación emotiva y desgarradora, capturando la esencia de una mujer atrapada entre el amor y las convenciones sociales. Su voz, clara y poderosa, llenó cada rincón del teatro, especialmente en momentos icónicos como «Sempre libera», donde supo transmitir tanto la efervescencia como la desesperación de su personaje.
El momento cumbre del acto II, «Amami, Alfredo!», fue sencillamente sobrecogedor: la desesperación en su voz, la intensidad de la música… ¡imposible no estremecerse!
Con una voz nítida, un vibrato grato y un despliegue deslumbrante en el agudo, el instrumento de Nadine Sierra impacta y fascina. Su «Addio, del passato bei sogni ridenti» fue pura emoción, un lamento desgarrador que estremeció al público.
Por su parte, Javier Camarena, en el rol de Alfredo Germont, brilló con una interpretación apasionada y una técnica vocal impecable. Cada nota suya estaba impregnada de sentimiento, logrando una conexión palpable con el público. Su «Lunge da lei… Dei miei bollenti spiriti» fue memorable.
La química entre Sierra y Camarena fue innegable, lo que añadió una dimensión aún más conmovedora a su romance trágico.
Así, el papel de Giorgio Germont fue interpretado con solvencia por Lucas Meachem.
El vestuario y la escenografía, diseñados por Tanya McCallin, contribuyeron a la atmósfera sombría y elegante de la producción. La cuidada iluminación y el refinado diseño escénico transportaron al público a la París del siglo XIX, subrayando la crudeza y la belleza de la historia.
Recordando a Ekaterina Maximova y Vladimir Vasiliev
Sin embargo, no todo fue impecable. La escena del coro «Noi siamo zingarelle»…, que debería ser un cuadro lleno de gracia y encanto, resultó más una interrupción vulgar. A veces, en el afán de modernizar, se pierde la esencia de la obra.
Inevitablemente, la mente viaja a la versión cinematográfica de La Traviata (1983), dirigida por Franco Zeffirelli, donde Teresa Stratas y Plácido Domingo ofrecieron una interpretación inolvidable. Aquella producción poseía un refinamiento visual y una belleza inigualables, con Ekaterina Maximova y Vladimir Vasiliev como pura poesía en movimiento.
Maximova y Vasiliev, pareja legendaria en el ballet, fueron una combinación perfecta de virtuosismo, expresividad y elegancia. No es de extrañar que Franco Zeffirelli los eligiera para su Traviata, confiando en que su talento aportaría una dimensión artística única a la escena taurina.
El hecho de que Zeffirelli filmara su baile en una sola toma – y la primera – dice mucho sobre la maestría de ambos. Su química en el escenario y su capacidad para transmitir emoción a través del movimiento los convirtieron en dos de los bailarines más memorables de su generación.
La Traviata de Zeffirelli es una joya del cine operístico, una obra que combina dirección escénica impecable, una estética visual deslumbrante y, por supuesto, interpretaciones inolvidables.
Una noche grandiosa
Más allá de ciertos detalles, la representación de La Traviata en el Liceu fue una velada inolvidable. No solo rindió homenaje a la obra maestra de Verdi, sino que también reafirmó el talento excepcional de Nadine Sierra y Javier Camarena, dos artistas en la cúspide de sus carreras y dueños de una química arrolladora en el escenario.
La orquesta del Liceu brilló con un nivel sobresaliente.
¡Una Traviata para el recuerdo!
La Traviata – Ópera en tres actos
Libreto de Francesco Maria Piave basado en La dame aux camélias de Alexandre Dumas hijo.
Estreno absoluto: 06/03/1853 en el Teatro La Fenice de Venecia.
Estreno en Barcelona: 25/10/1855 en el Gran Teatre del Liceu.
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