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Es la primera temporada programada por su nuevo director, Daniel Bianco, que abre una nueva etapa para el histórico Teatro.
El Teatro de la Zarzuela inaugura la Temporada 2016/17 con una nueva producción de ‘Las golondrinas’ firmada por Giancarlo del Monaco.
El montaje cuenta con dos repartos que incluyen algunas de la voces más reconocidas del género, como son las de Carmen Romeu, Nancy Fabiola Herrera, Raquel Lojendio, Ana Ibarra, Rodrigo Esteves o José Antonio López
- Giancarlo del Monaco, uno de los directores de escena más celebrados en las últimas décadas, presenta una apasionada y sorprendente visión de la obra
- La nueva producción recrea el lenguaje visual del cine mudo
- Se ofrecerán trece funciones del 7 al 23 de octubre
El Teatro de la Zarzuela abrirá el próximo 7 de octubre la temporada 2016/2017, primera programada por su nuevo director, Daniel Bianco, y lo hará con una nueva producción propia del drama lírico ‘Las golondrinas’ de José María Usandizaga en su versión de ópera. La escena de este montaje -lúcida, apasionada y sorprendente-, está firmada por Giancarlo del Monaco, uno de los directores más celebrados en el horizonte lírico internacional, y contará con la dirección musical de Óliver Díaz, responsable musical de la institución, que estará al frente de un reparto brillante, así como del Coro Titular del Teatro y de la Orquesta de la Comunidad de Madrid. El público podrá disfrutar de trece funciones hasta el 23 de octubre.
Dos serán los repartos que den vida a este triángulo de amor, celos y circo. El papel de Celia, causante de amores y recelos, estará interpretado por las mezzosopranos Nancy Fabiola Herrera y Ana Ibarra; el de Lina, la joven que suspira en silencio por el amor de Puck, cobrará vida en las voces y gestos de las sopranos Carmen Romeu y Raquel Lojendio; el del payaso Puck, jefe de la troupe y a su vez perdidamente enamorado de Celia, en los barítonos Rodrigo Esteves y José Antonio López; el tenor Jorge Rodríguez-Norton y el bajo Felipe Bou completarán el cartel de cantantes en los papeles de Juanito y Roberto, hermano y padre de Lina respectivamente. Además del reparto de cantantes, en el escenario estará constantemente presente una troupe de artistas de circo que irán desarrollando sus correspondientes ejercicios a lo largo del drama.
La nueva producción de Las golondrinas del Teatro de la Zarzuela recrea el lenguaje visual del cine mudo, que se acentúa con la utilización de los grises en todo el acto primero. El paisaje prácticamente desaparece, «para que la historia se haga universal o, lo que es lo mismo, puro teatro», como señala el propio Giancarlo Del Monaco. Solo con la escena de la Pantomima surgirá el color en el escenario; este momento, explica el regista, «responde a la mejor tradición teatral; el juego del teatro dentro del teatro, y es la esencia de Las golondrinas».
Así, diferencia rotundamente el drama de la obra de Usandizaga del de aquellos otros, como Pagliacci o Ariadne auf Naxos, en los que también habitan payasos o saltimbanquis: “Unos y otros no son otra cosa que personajes de teatro que vienen a representar la parte más humana de nosotros mismos (la realidad de la vida); lo que los asemeja no es su condición de payasos, sino el hecho de que son creaciones teatrales. Y lo que pueden tener en común es la trama de la locura, esa fantasía o solución teatral que se viste de música en el escenario”.
La obra
En Las golondrinas, José María Usandizaga trabajó con la mejor pareja de libretistas de la época, Gregorio Martínez Sierra y la esposa de este, María de la O Lejárraga. La obra fue estrenada como zarzuela en 1914, y posteriormente, tras la muerte del compositor, su hermano Ramón compuso la música a los fragmentos hablados para presentarse como ópera en 1929. Este último trabajo es el que se podrá disfrutar en las trece funciones programadas en La Zarzuela.
Los autores del texto escribieron una poética y triste historia de saltimbanquis, que más tarde adaptaron como texto lírico a petición del joven compositor vasco. La obra es hija de su tiempo, tremendamente compleja y con una orquestación muy refinada. Basta recordar que Sorozábal, entre otros compositores, fue un admirador declarado de Usandizaga.
La música posee un lenguaje muy nuestro, a la vez que recibe influencias francesas e italianas. Pero lo realmente importante es que la obra está muy bien hilvanada en todas sus partes y define psicológicamente los personajes con colores musicales recurriendo al leitmotiv. Se trata de música de altos vuelos sinfónicos, en la que destaca la riqueza instrumental y sonora con la que el autor busca nuevos caminos dentro de la renovación del género lírico.
De esta sugestiva manera comienza la nueva etapa del Teatro de la Zarzuela.
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