El Tanzkongress (Congreso de danza) 2013 que acaba de concluír en Düsseldorf (oeste de Alemania) ha trazado un balance positivo y productivo de sus cuatro jornadas de actividad (del 6 al 9 de junio). Participaron en el evento más de 1.000 artistas y especialistas (bailarines, coréografos, científicos, pedagogos, políticos y periodistas), así como más de 5.000 espectadores de las diferentes representaciones que tuvieron lugar en diversos escenarios de la ciudad, según sus directoras, Katharina von Wilcke y Sabine Gehm.
El evento, organizado por la Fundación de Cultura de la República Federal de Alemania, cuya dirección artística corre a cargo de Hortensia Völckers, fue no sólo un encuentro de expertos de diversos países, así como de público interesado en el mundo de la danza, sino también una plataforma para abordar algunos temas políticos como el de las puestas en escena colonialistas y el intercambio de perspectivas en la danza entre diferentes culturas.
El preámbulo del congreso estuvo a cargo de «Danza para todos, un coro en movimiento», una interesante coreografía del colectivo Ligna en la que público de todas las edades participa voluntaria y muy activamente en su realización, en esta oportunidad al aire libre durante la soleada y cálida tarde del jueves 6 de junio. Ligna insta a decenas de participantes a meditar y filosofar intensamente sobre el movimiento mientras lo practican, evolucionando en la plaza Gustav-Gründgens, frente al teatro Schauspielhaus de Düsseldorf, tras seguir instrucciones que les llegan en MP3 a través de audífonos.
Inmediatamente después de los discursos oficiales que abrieron dos horas más tarde el Tanzkongress en el teatro, el coreógrafo congoleño Faustin Linyekula presentó por primera vez en Alemania su adaptación de «La Création du Monde», el primer Ballet Negro, con música del compositor francés Darius Milhaud (1892-1974), que integra elementos de jazz, creado para el coleccionista de arte Rolf de Maré y su Ballet Sueco, estrenado en 1923 en el
Théâtre des Champs-Élysées de París, con coreografía de Jean Börlin (compañero sentimental de de Maré) y escenografía de Fernand Léger, inspirada en el arte popular (primitivo) africano.
Para Linyekula la obra es cuestionable por su visión colonialista y hegemónica sobre África, una crítica que causa indignación en Alemania entre los defensores de un nuevo movimiento que impulsa como tendencia el análisis del legado de la danza, afirma Gabriele Brandstetter, laureada profesora de ciencias de la danza de la Universidad Libre de Berlín. Por eso «es muy productivo que un congreso como éste confronte este cuestionamiento», señala Brandstetter.
Por su parte Sandra Noeth, dramaturgo y especialista en ciencias de la danza en el mundo árabe, de la institución Tanz Quartier Wien (de Viena/Austria), promotora de la danza contemporánea, coincide con Linyekula en cuestionar las relaciones de dominación intercultural y la mirada occidental sobre la danza en esa área. Noeth considera la danza en los países árabes como un «acto de poder» y considera que hay un potencial coreográfico importante en el intercambio de perspectivas entre diversas culturas.
En Dé-Position, una actividad iniciada con su participación y la de otros especialistas, Noeth, formada en Múnich, Bremen y París, sugiere que para alcanzar un pensamiento coreográficamente interesante es necesario abandonar y no reafirmar su propia posición.
Este tercer encuentro sucede a las ediciones del Tanzkongress realizadas en Berlín (2006) y Hamburgo (2009); la próxima tendrá lugar en 2016 en otra ciudad alemana aún no precisada (se aguardan postulaciones). Durante más de un centenar de actividades, unos 250 especialistas de África, Norte y Sudámerica, India, Europa y sur del Pacífico plantearon nuevas ideas, tanto a nivel teórico como práctico, que fueron discutidas colectivamente.
Entre los participantes se encontraban el filósofo francés Jean-Luc Nancy y renombrados coreógrafos como William Forsythe, Anne Theresa de Keersmaeker, Sidi Larbi Cherkaoui, Deborah Hay, Kôffi Kôko, Faustin Linyekula, Martin Schläpfer y Jonathan Burrows.
Las jornadas fueron clausuradas el domingo 9 de junio con una sobresaliente representación en el teatro de la Ópera de Düsseldorf de «Poetas, virtuosos, caracteres», en la que bailarines de diversas compañías de ballet de Alemania interpretaron algunos de los mejores fragmentos de los repertorios de sus formaciones, reunidos por el profesor Martin Puttke, ex docente de la Academia Estatal de Danza de Berlín y miembro de honor de la Conferencia Federal Alemana de Directores de Ballet y Teatro Danza (BTTK).
El lema del congreso, «Traducir movimientos» («Bewegungen übersetzen – Performing Translations») constituyó un punto de partida muy productivo para la vinculación de diferentes prácticas, formatos y perspectivas. El precioso archivo digital del legado de Pina Bausch (1940-2009) permitió echar una ojeada a su génesis avanzado y a su cúmulo de valiosas informaciones especializadas.
El tema de los procesos de transmisión intra e interculturalmente fue no sólo objeto de numerosas conferencias, discusiones y talleres, sino que además reflejó el acercamiento recíproco de contenidos entre participantes de diversos orígenes y especializaciones. «Hemos conseguido nuestro objetivo de mover a artistas y creadores del mundo de la danza en el tema de los límites convencionales de diferentes áreas de interés», resume Sabine Gehm.
Fueron tratados exhaustivamente asuntos como la transmisión de conocimientos sobre el cuerpo, las formas de trabajo en la dramaturgia, los cuestionamientos sobre la conformación del cuerpo, así como el mejoramiento de las estructuras de promoción de la danza y su presencia e inserción en la sociedad.
El Tanzkongress 2013 puso de manifiesto nuevamente la enorme necesidad de intercambio, reflexión y análisis crítico especializado en el mundo de la danza, tanto a nivel nacional como internacional, así como a nivel artístico y social. Éste y los congresos anteriores alcanzaron gran éxito «al relacionar estrechamente a personas e instituciones que trabajan en la danza, algo que no se daba de esta forma anteriormente», opina la profesora Brandstetter.
Esta necesidad se propone satisfacerla nuevamente la Fundación de la Cultura de Alemania en 2016. «Estoy segura de que las nuevas generaciones de bailarines, tanto a nivel nacional como internacional, han tenido valiosas experiencias en esta reunión», afirma Hortensia Völckers. Todavía no ha sido definido en qué ciudad se realizará el próximo congreso en 2016. «Pero tras el éxito de Düsseldorf, aguardamos expectantes qué ciudades postularán para el próximo Tanzkongress», concluye.
© Hugo Glendinning
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