La temporada 2018/2019 de danza y ballet quedó oficialmente inaugurada con el estreno en Barcelona del ballet Don Quijote de la Compañía Nacional de Danza [CND] dirigida por José Carlos Martínez.
Acompañada por la Sinfónica del Liceu, y dirigida de forma brillante por Óliver Díaz, ofrecieron un Quijote rítmicamente variado, increíblemente bailado y colorido que fue ovacionado largamente por un público entregado que llenó toda la sala del Liceu.
La escenografía de Raúl Garcia Guerrero y el vestuario de Carmen Granell, que son preciosos, contribuyeron a que esta fuera una producción de calidad.
La versión simplificada de Martínez tiene cambios en la coreografía y también eliminación de variaciones, que sinceramente se extrañan pues quien las conoce sabe que son bellas y gloriosas.
El solo desesperado de la Gitana principal, es memorable; y la variación de la Bailarina de la Calle haciendo cambres hasta tocar el suelo con la cabeza, no están. Tampoco el cuadro de la taberna con todo su «ambiente» nocturno.
Las variaciones solistas de las amigas de Quiteria en el último acto también han sido tocadas. Una se ha convertido en una variación para dos y la otra directamente se suprimió; como también el desfile de los cupidos (ausentes en la escena del ensueño) y otras escenas de baile general, además de varios personajes.
En la representación del sábado 15 de septiembre a las 21 horas los roles de Quiteria y Basilio fueron bailados por Cristina Casa y Anthony Pina; muy compenetrados ambos como pareja de baile que brindaron una excelente función de buen ballet y excelente técnica donde el famoso Grand pas de deux final brillo con luz propia.
Cristina Casa es una bailarina consolidada que, sin lograr hacer del role de Quiteria una interpretación extraordinaria ni particularmente emocionante, sobre todo en el primero acto, bailó sin embargo con seguridad y soltura.
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En el caso de Basilio se lució con virtuosismo desde el primer momento de su aparición en escena, donde su teatralidad sedujo a todos y gracias a ella brilló con absoluto mérito propio.
El feroz torero Espada y la seductora Mercedes fueron bailados con elegancia y contención por Aída Badia y Juan José Carazo, que a medida que avanzaba la noche fueron soltándose pero, sin lograr transmitir la fuerza y la seducción que ambos personajes poseen en sus variaciones con genuino estilo español.
Lucie Barthélémy como Dulcinea en la escena del Sueño (o Reino de las dríadas) fue sencillamente hermosa. Su port de bras fluido y grandioso en cada movimiento emanaba de su fuerte y dócil espalda. Ver su cuerpo flexible en accíon con la melodiosa música y la coreografía al mejor estilo Petipa ha sido una maravilla y toda ella era bellísima. El Amour de María Muñoz fue perfecto. Como perfecto también el Jefe de los gitanos de Ion Agirretxe.
El Corps de Ballet se lució en todo momento manteniéndose a la altura que un clásico como Don Quijote necesita. Ha sido seguro, acorde a lo que se espera de profesionales y juntos mostraron que trabajan en equipo y recordaron la perfección de igualdad que un Corps de Ballet debe llevar adelante.
La gran fiesta llegó en el último acto en el que toda la compañía baila en un gran número de conjunto, que el público acompañó con palmas siguiendo la divertida música de Minkus como coronación de una velada muy esperada, la de la CND de España en el Liceu de Barcelona.
Toreros, bailarines callejeros, bailarinas con tutus y con faldas de fandangos, Quiteria y Basilio, Don Quijote, Lorenzo y Sancho; todos en suma, se han visto brillantes como lo han sido los tres artistas Isaac Montllor, José Antonio Beguiristain y Jesús Florencio en sus personajes. Todo el escenario era una fiesta.
Si hubo una lección que la CND en su paso por Barcelona ha dejado, es que se trata de una compañía unificada y formada por muy buenos bailarines, un excelente grupo de artistas y un director de lujo que ha realizado un trabajo extraordinario en poco tiempo. Mis más sinceras felicitaciones a todos!
Después de los aplausos finales, que parecían no terminar nunca, llegó el fin de una función que realmente disfruté, y ha sido por eso que me pareció que todo finalizó en apenas un instante.
La Compañía Nacional de Danza [CND] se prepara para presentar en Navidad El Cascanueves en el Auditori de Sant Cugat.
Allí estaremos!
Carolina de Pedro Pascual
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