Josu Gallastegui es un intérprete de probada y sobrada pericia ejecutando el piano. Su manera de expresar la música es extraordinaria, no solamente en el aspecto técnico, sino también en su manera de trasmitirla.
Como persona que se dedica a la enseñanza de la danza clásica, sé de la gran importancia que tiene utilizar la música adecuada durante una clase.
Los pasos se repiten. Se estudian una y otra vez. La elección de la pieza musical correcta, ejecutada a un tempo apropiado y justo, facilita no solamente la comprensión musical por parte del alumno, sino que además tiene la virtud de facilitar la asimilación de la técnica para su posterior perfeccionamiento.
La ejecución exacta, precisa y llena de melodía, facilita al profesor su tarea diaria haciendo que toda la labor se desarrolle de una manera espontánea, lo que aporta importantes beneficios a todos los participantes.
La música es solamente uno de los factores, pero sin embargo es esencial, ya que permite crear el ambiente especial, sin el cual, una clase de ballet, no sería lo que es.
La primera vez que oí un CD del maestro Gallastegui, fue una maravillosa sorpresa. Parecía que tenia un piano en la sala!
Desde aquel día hasta hoy, ya son muchos los años que pasé acompañada de sus melodías. El criterio que utiliza en la elección de las piezas musicales de cada uno de sus CD es formidable, ya que su repertorio es amplio y tan variado, que incluye al barroco, al clásico, al romántico y también al contemporáneo.
Alguien acostumbrado a un trabajo como el que hago, sabe desde la primera nota si un pianista es un maestro, o un mero ejecutante. Es así que únicamente un artista y verdadero maestro como Josu Gallastegui es capaz de trasmitir al publico, toda la emoción con que fue compuesta una obra.
¿Cómo le nace la vocación para ser pianista de clases de ballet?
Fué puramente accidental, como la mayoría de los pianistas en esta profesión. Un buen día, y después de obtener mi diploma como pianista en el Conservatorio de Bilbao, tuve la oportunidad de ver una clase de ballet, ya que todavía como estudiante, necesitaba de un trabajo para sobrevivir, y en esa escuela les urgía un pianista desesperadamente. Sobreviví a mi primera audición, gracias a mi experiencia en la lectura a primera vista. Y desde ese momento todo surgió muy fácilmente. Me interesó el trabajo, ya que me dieron carta blanca para que fuera haciéndo mi propio repertorio, por que las músicas que usaban ellos eras las mismas de casi todos los estudios de danza: insufribles. Y desde entonces, pude compaginar la danza con los conciertos y recitales que realizaba, que eran mi principal motivación, junto con mis composiciones y grabaciones para las clases de ballet.
¿Recibió alguna formación especial para facilitarle el acompañamineto de las clases?
En absoluto. No tuve ese privilegio. Además no conozco ningún conservatorio ni escuela de música que tuviese algún curso especial para acompañantes de danza. Básicamente yo tuve que buscarme la vida por mi cuenta, viendo clases aquí y allá, y recopilando todo tipo de partituras. Tuve también la gran ayuda de que podía improvisar. Requisito este último muy valorado a la hora de tocar una clase.
¿Como selecciona su repertorio?
Simplemente, de aquella música que me llame la atención, anoto el nombre. Busco la partitura, si existe, si no lo saco directamente del CD, o de cualquier otra fuente. Si está cuadrada bien, de lo contrario hago mis propios arreglos para cuadrarlos. Y todo tipo de música es válida. Esta es una de las grades ventajas que tenemos, que podemos adaptar para las clases de danza cualquier tipo de ritmos, estilos de música. etc.etc.
Los que nos dedicamos a esto desde siempre sabemos de la importancia absoluta de tener un pianista «en vivo y en directo» en la sala. No hay comparación alguna entre un maestro al piano y un CD.¿Ha sufrido con el avance de la tecnología la presencia en las salas de los pianistas?
Yo creo que no. Mas ha influído la crisis económica que la tecnología en sí. Lo que sí el avance tecnológico nos ha afectado mucho, es sobre todo a los pianistas que tenemos discos en el mercado. Hasta hace poco, de los discos de vinilo los estudios de danza compraban 2 y 3 ejemplares del mismo disco, ya que con el uso se rayaban muy fácilmente. Hoy en día en su lugar están los CDs, que con la compra de uno ya han solucionado el problema. Se copian muy fácilmente, y con una calidad muy buena, y duran una eternidad, si los cuidan, y con la ventaja que mucha gente se los regala a sus amistades enviándolos por internet sin coste alguno. Y ante esta evidente piratería nosotros estamos totalmente indefensos. Sé también de tiendas, en mi caso por ejemplo, que compran un ejemplar de cada CD, luego los copian, los editan y los venden como si fuera un producto integro de ellos. Luego te llaman para ver cuando sale el próximo y se los envíes rapidamente.
En mis clases de ballet trabajo con CDs, y aspiro algún día a estar acompañada por un maestro al piano. Su música es mi partenaire preferido en la sala, aquí en Barcelona. Su manera de interpretar las piezas es brillante, con tanta musicalidad y sentimiento que hace que la danza fluya con naturalidad. ¿Qué hace que su música sea tan especial para bailarines y profesores?
Creo que se combinan varios factores. Disfrutar lo que uno hace en clase, seleccionar un amplio y muy variado repertorio, tener conocimientos de danza, poseer una cierta técnica pianística, sensibilidad y mucha pasión. En mi caso, puedo decir que toco más con el corazón que con los dedos. Todos estos ingredientes juntos hacen que tus interpretaciones nunca pasen desapercibidas.
Y en esta forma hace que las clases de danza se eleven a unos niveles poco usuales. Hasta el punto de robarle todo el protagonismo al maestro de danza de turno. Lo cual también me ha traído ciertos malos entendidos en mas de una ocasión.
¿Ha tenido problemas con algunos maestros en las clases de danza?
Realmente problemas no, pero sí falta de comunicación y entendimiento. Han sido en muy contadas ocasiones, y siempre con maestros y coreógrafos un tanto conflictivos. Pero por lo demás no tengo problemas con nadie, excepto con los profesores que no paran de hablar en toda la clase. Bueno, tampoco diría que discrepo con ellos. Sólo que les dejo ver bien claro que ese modo no va conmigo. La mayoría de ellos lo hacen por hábito, y no lo vuelven a repetir, al menos en mis clases. Con los que insisten, pues no me que da mas remedio que irme.
Ha tenido la experiencia de trabajar en grandes compañías. ¿Con qué compañía se ha sentido mas representado artísticamente?
Yo creo que con todas ellas me he sentido muy realizado, aunque hay alguna por ahí en la que me sentí sin poder mostrar todo mi potencial. No es que lo hacían expresamente conmigo, es que es el estilo de esa escuela, de minimizar al máximo las músicas de las clases. Me pude adaptar a ellos perfectamente, pero no tenía espacio para expresar todas mis emociones, y desarrollar al máximo mis improvisaciones.
Aram Khachaturian, a dicho de usted «A very sensitive pianist and an extraordinary accompanist» ¿Cómo fue su experiencia con él?
Tuve un pequeño encuentro con él en Moscú, por un ensayo de música de cámara. Me motivó mucho ese contacto que tuvimos, ya que era una persona muy sencilla, con el cual pudimos tratarnos de tú a tú, hasta el punto que después del ensayo yo terminé tocando música del país vasco, en la que él estaba muy interesado.
¿Tiene preferencia por algún compositor o por algún estilo de música a la hora de seleccionar las músicas de sus clases o de sus CDs?
En absoluto. Busco lo que me llena en ese momento, sin pensar en si la música es clásica, moderna, romántica, folklorica, pop, rag, o boleros románticos. En esta profesión tiene cabida todo tipo de música, o por lo menos yo hago que la tenga. Pero cuidado. No confundamos, lo que se toca, con cómo se toca. Y esto último es lo que marca la diferencia.
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