Iratxe Ansa, Premio Nacional de Danza, e Igor Bacovich representan en el Arriaga, Al desnudo
Una envolvente y virtuosa pieza de danza
Metamorphosis Dance, la compañía creada por ambos artistas, ofrece un espectáculo exigente y dinámico, en el que se funden con fluidez la música y el movimiento.
Recientemente galardonada con el Premio Nacional de Danza 2020 en la categoría de interpretación, Iratxe Ansa es una de nuestras coreógrafas y bailarinas más internacionales. Durante más de veinte años se ha forjado en algunas de las compañías de danza contemporánea más aplaudidas y admiradas del mundo, como el Nederlands Dance Theatre, el Basel Ballet o la Compañía Nacional de Danza -bajo la dirección de Nacho Duato-.
En 2019, junto al bailarín y coreógrafo italiano Igor Bacovich, fundó Metamorphosis Dance, compañía en la que confluyen la experiencia, la pasión y el modo riguroso y libre de entender la danza de ambos creadores.
El trabajo de Ansa y Bacovich, siempre exigente y extremadamente físico y virtuoso, se cristaliza como nunca en su última y singular creación, Al desnudo, que el público bilbaíno (y de pueblos colindantes) podrá ver en el Teatro Arriaga el jueves 18 de febrero, a partir de las 19:00 horas.
Al desnudo es un espectáculo dinámico, en el que se funden con fluidez la música y el movimiento. En un juego de contrastes, la sensualidad del comienzo, un dúo clásico a ritmo de Philipp Glass, da paso, poco a poco, a un baile muy físico y explícito, guiado por las composiciones de Johan Wieslander.
Se transita así de una música emocional que transmite una tensión que encaja a la perfección con la relación conflictiva de una pareja, que es lo que Ansa y Bacovich desean mostrar al comienzo, a una segunda parte del espectáculo con música contemporánea, más experimental, de un estilo tecno muy refinado, que funciona muy bien con el uso de las luces en escena.
Es que la música y la iluminación comienza en Al desnudo componiendo un espacio reducido al inicio del espectáculo, y poco a poco se le van añadiendo nuevas capas, con más luces, más profundidades y nuevos lugares. De hecho, la iluminación, a cargo del artesano de la luz Danilo Moroni, es tan protagonista de la obra como los propios intérpretes. Un naturalismo vital se apodera del escenario, que envuelve al espectador en un continuo in crescendo a medida que avanza la pieza.
Al desnudo integra diferentes elementos en una suerte de laboratorio escénico en movimiento, que, a partir de un dúo inicial, va poco a poco deconstruyendo diferentes.
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