George Grosz – el gran pasatiempo

Con inquebrantable convicción desenmascaraba George Grosz (Berlín, 1893 – 1959) en sus sátiras políticas y crítica social al «Hombre malvado» de su época (en la Alemania de la República de Weimar, tras la Primera Guerra Mundial). Las agudas líneas de sus dibujos denunciaban la conducta inmoral de los caraduras que se beneficiaron económicamente con la horrorosa conflagación bélica, los ricos, los poderosos, los explotadores, los usureros, los codiciosos y los estafadores.

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Muestra
A través de una exposición, titulada «George Grosz – el gran pasatiempo» (catálogo de editorial Wienand Verlag/Colonia), que reúne 159 obras, entre dibujos con tinta china, plumilla y acuarela, el Museo Kunstpalast de Düsseldorf conmemora el 55º aniversario del fallecimiento de este pintor, artista gráfico y caricaturista de la época expresionista, cuyo estilo evolucionó del dadaísmo a la nueva objetividad, corriente de la cual fue uno de los principales maestros, junto con Otto Dix (1891 – 1969).

Biografía
Georg Ehrenfried, su nombre verdadero, nació en Berlín el 26 de julio de 1893 y falleció en la misma ciudad el 6 de julio de 1959, se formó entre 1909 y 1912 en la Academia de Arte de Dresde, allí conoció a Otto Dix, y entre 1912 y 1917 en la Escuela de Artes y Oficios de la capita alemana, donde fue alumno de Emil Orlík, con el objetivo de ser dibujante de historietas.

Carpetas
El catálogo incluye la impresión completa de sus carpetas «Dios con nosotros» (1920) y «Ecce Homo» (1922/1923), así como 55 hojas sueltas, en su mayoría pertenecientes a una impresionante colección privada de la ciudad de Düsseldorf.
Clásicos.

En sus épocas de estudiante Grosz se dedicó también a copiar obras de maestros clásicos, en especial las de Rubens que se encontraban en la Pinacoteca de Dresde, a la vez que realizaba unos dibujos muy personales para periódicos y revistas satíricas, utilizando técnicas de la caricatura.

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Vanguardia
En 1913 George Grosz se trasladó a París, donde entró en contacto con las vanguardias, el cubismo y el futurismo. En la Ciudad Luz pudo también admirar de cerca la obra de Henri de Toulouse Lautrec y Honoré Daumier.

En aquellos años desarrolló una importante evolución en su estilo pictórico, con una progresiva simplificación de las formas, que denotaba una gran influjo del cubismo y el futurismo, pero también del expresionismo y del «fauvismo» (expresionismo francés), muy presente entre los jóvenes artistas alemanes y franceses de la época.

Gran Guerra
Al estallar la Primera Guerra Mundial en 1914, Grosz se alista en un regimiento de infantería del Ejército Alemán. Sin embargo, ya en 1916 se le licencia, por motivos de salud, posiblemente por una sinusitis crónica, aunque es posible que el verdadero motivo haya sido un trauma psicológico del que tuvo que recuperarse en un Hospital Militar.

Postguerra
De vuelta a la pintura, entre 1915 y 1917, la simplificación gráfica de su obra se profundiza, permitiéndole expresar el horror de la guerra y el desplome moral que siguió a la derrota de Alemania. Ese fue el estilo que tuvo la producción de Grosz en los años siguientes, caracterizados por su adhesión al movimiento dadá (alrededor de 1920).

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En esa época produjo su serie “Dios con nosotros”, obra satírica sobre la sociedad alemana, que le valió una multa de 300 marcos por “injurias a las fuerzas armadas” y la destrucción de sus dibujos; y “Ecce Homo”, tachada de “chapucería pornográfica” y confiscada. Grosz fue procesado entonces bajo la acusación de “difundir escritos obscenos”.

Comunismo
Fuertemente impresionado por la Revolución rusa, Grosz adoptará también durante ese período posturas revolucionarias. En 1919 se afilia al Partido Comunista de Alemania (KPD). Es detenido por su participación en el Levantamiento Espartaquista que lideraban Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht. A partir de entonces, será procesado en diversas ocasiones por «incitación al odio de clases», «ofensa al pudor», «vilipendio a la religión» y otros delitos.

Desafiliación
Grosz dejó el Partido Comunista alemán en 1922, después de una estancia de cinco meses en Rusia, durante la que conoció personalmente a Vladímir Ilich Lenin y a León Trotski. Desilusionado por el régimen soviético, reafirmó su convicción de que rechazaba toda forma de dictadura y criticaba acremente las condiciones económicas a las que se veían sometidas las masas populares.

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Estilos
Su producción artística de esa época se basaba en cimientos cubistas y futuristas mezclados con fuentes artísticas áulicas del pasado e iconografías populares. Así, evolucionó desde los dibujos caricaturescos hacia las visiones urbanas apocalípticas y violentas, con una politización bastante acentuada, peculiares precisiones, y una estructura exaltada y visionaria a la vez.

Grosz se integró en el ala izquierda (la corriente del verismo) del movimiento «Neue Sachlichkeit» (Nueva Objetividad), inaugurado con una muy importante exposición el 14 de junio de 1925 en Mannheim. Sus dibujos, muchos de los cuales realizados con tinta china o acuarela contribuyeron notablemente a la imagen que se tiene de la Alemania de la década de 1920. Integraban asimismo esta corriente, además de Otto Dix y Grosz, August Wilhelm Dressler, Albert Birkle, Christian Schad, Conrad Felixmüller, Bernhard Kretzschmar, Georg Schrimpf, Karl Hubbuch, Wilhelm Schnarrenberger, Rudolf Schlichter y Karl Rössing.

Nueva Objetividad
En el verismo se formó la Nueva Objetividad como un arte político que se confrontaba de forma crítica con la sociedad de la República de Weimar y se solidarizaba con objetivos socialistas y comunistas. Pero también en la dirección opuesta, la evolución de algunos artistas de la «Neue Sachlichkeit» se orientó hacia el nazismo, como ocurrió en Austria con Sergius Pauser y Ernst Nepo. Los veristas desarrollaron algunos de los más conocidos tópicos de la Nueva Objetividad en la creación de representaciones con contenidos provocantes, a menudo exageradas hasta lo grotesco, por medio de técnicas al estilo de los grandes maestros clásicos.

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Estados Unidos
En 1932, cuando el nazismo estaba en auge en Alemania, la obra de Grosz fue difamada calificándosela de arte degenerado. Un ideólogo nazi tildó al artista de «bolchevique cultural número uno». Con el ascenso al poder de Adolf Hitler en 1933, Grosz decidió emigrar a Estados Unidos (nótese que no a la Unión Soviética) y perdió la nacionalidad alemana.

Trabajaba entonces como profesor en la Art Students League en Nueva York, y en 1938 obtuvo la nacionalidad estadounidense. Recibió entonces encargos de las revistas The New Yorker y Vanity Fair para realizar diversas ilustraciones. La producción de aquel período es menos incisiva, pese a su regreso, en clave surrealista, a su anterior grafismo violento y despiadado.

Regreso
La Segunda Guerra Mundial le hizo volver a sentir el pesimismo anterior, manifestado especialmente en alguno de sus óleos, como «The Survivor» (1944). En 1946 escribió su autobiografía titulada «A Little Yes and a Big No». En 1958 regresó a Alemania, pero en julio del año siguiente tropezó y se cayó, alcoholizado, en la escalera de su casa y falleció por insuficiencia cardíaca.

Páginas de Internet:
www.smkp.de
www.wienand-verlag.de

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