El pasado 6 de julio finalizo la 33 edición del Festival Montpellier Danse.
Durante mi permanencia en esa bonita y antigua cuidad, tuve la oportunidad de apreciar nuevamente el modo en que la danza contemporánea es respetada y valorada por un publico fiel y entusiasta. Tan fieles y entusiastas son sus adeptos, que este año logró la asistencia de 38.500 espectadores*.
Montpellier Danse reúne siempre a un público atento y dispuesto a conocer nuevos artistas, pero al mismo tiempo absorto ante grandes e importantes figuras como Emanuel Gat, “el mas grande coreografío actual por su manera de conocer el espacio y transformarlo”, según palabras del director Jean-paul Montanari, el conocido y apreciado Angelin Preljocaj o la siempre adorada Mathilde Monnier.

Por su lado, los extraordinarios bailarines Israel Galván (Lo Real) y Akrahn Kahn (Desh), hicieron de las suyas. Ambos lograron convertir sus espectáculos en un nuevo gran éxito.
Emanuel Gat (Israel 1969) fue el coreografío invitado en residencia para la actual edición, para la cual creo 4 piezas. «The Goldlandbergs», «Corner Etudes», «Danses de Cour», y la instalación fotográfica «It’s people, how abstract can it get ?» que estuvo abierta al público durante todo el festival.
Danses de Cour, con “Wesendonck Lieder” , una de las grandes maravillas wagnerianas, hipnotizo por ser poesía en movimiento. A cielo abierto en el Cour de l’Agora, la pieza musical interpretada por la soprano Julia Varady logró conmover por su profunda belleza.
Los bailarines de Gat son jóvenes artistas tienen una gran capacidad para crear una atmósfera intimista, plena de carga, pero a la vez sensible y digna de elogio, con la sola herramienta de su baile y sus palabras.
Sobre Francois Chaignaud puedo decir que es un joven coreógrafo y bailarín francés que ha sido para mi un verdadero y afortunado descubrimiento.
Graduado en el Conservatorio Nacional Superior de Música y Danza (CNSM) en París en 2002, este joven artista está naturalmente dotado de una bella y armoniosa voz, que me resuena como prácticamente impresionante.
Chaignaud es un artista muy versátil, ya que junto a sus habilidades para el canto, destaca por su baile y su interpretación. Goza de una gran capacidad para cantar y bailar un espectáculo tan extraño como intenso; pero que repitió 4 veces al día, durante 4 días seguidos. Lamentablemente no pude verlo más que una vez, pero en aquella oportunidad pude comprobar que ejecutó su arte con la profundidad, una calidad y una intensidad tal que no dudo haya repetido en cada función.
La Sala Bejart del Agora es una sala intimista, donde la proximidad con el público hace que el ambiente ayude a que los espectadores queden hipnotizados por sus espectaculares cambios de vestuario.
Su espectáculo se llama “Думи мої – Dumy Moyi”, y es una rara mezcla de acto chamánico, de obra de cabaret, de tertulia operística y de diva trasnochada y romántica. Su obra tiene por foco a su propia persona, y valiéndose únicamente de su voz y su baile; conmueve, fascina e hipnotiza. Por ello y por la maravilloso de su vestuario, me sorprendió oírlo cantar tarantelas, canciones ucranianas y sefardíes; así como la bella “Le terrible moment” de Tchaikovsky y la famosa canción española “Yo soy esa”.
Su baile tan cuidado y por momentos extraño, fue ideal para aquel ambiente elegido con acierto, en donde se lo perseguía con la mirada fascinada y sorprendida, siguiendo cada una de sus intervenciones y cambios de vestuario.
Aplausos, halagos y efusivas felicitaciones fueron la constante y merecida muestra hacia Chaignaud por parte del público que llenó la sala.
Su magistral interpretación y su capacidad de crear “ambiente” es realmente inmensa e intensa.
La coreógrafa española Blanca Li fue ovacionada en la Ópera-Comedie de Montpellier donde presento “Robot!”, que es una obra con matices cómicos, en donde ocho bailarines, una familia de robots franceses Nao y las máquinas musicales del colectivo japonés Maywa Denki hacen un eficaz trabajo. Programados para caminar, bailar y levantarse cuando se caen, estos Robot de Blanca Li reconocen voces e imágenes en varios idiomas. La pieza se abrió camino en la mente de Li cuando tomó conciencia de las múltiples y variadas maquinarias que invaden nuestra vida cotidiana.
El festival finalizó en Le Corum palais des congrès Opéra Berlioz, con la compañía Ccn Ballet de Lorraine de Nancy, France, que presentó dos piezas estupendamente interpretadas por una compañía compuesta por jóvenes y atléticos bailarines.
En el inicio brillaron con el clásico “In the Upper Room” de 1986 de la Twyla Tharp, con música de Philiph Glass y en la segunda parte de la velada, lo hicieron con “Objets Re-trouvés” del 2012 de Mathilde Monnier. Esta última es una obra donde los bailarines tienen partes solistas y hablan al público. Ovacionados en ambas ocasiones, la compañía brillo intensamente.

Creado en 1981, el Festival Montpellier Danse es un lugar privilegiado que permite que cada año, coreógrafos y bailarines se reúnan para crear y bailar. Mas de 300 compañías de todo el mundo pasan por Montpellier, gracias al Festival Montpellier Danse.
No es poco, y por eso es justo y merecido decir que su organización es impecable, y que su nutrido programa hace de este festival uno de los “imprescindibles” del arte coreográfico internacional. El repertorio, especializado en danza contemporánea, abarca también desde la danza clásica a la danza experimental, pasando por las formas tradicionales y el hip hop.
Es realmente una programación absolutamente rica en contenido y diversidad, apta para celebrar como cada año, una fiesta para y por la danza.
Decididamente es algo que no se puede y no se debe perder!
*fuente Midi Libre.fr

© Richard Haughton, gentileza Montpellier Danse

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