“Un bailarín de ballet debe tener oído musical y un gran sentido del sacrificio” Fernando Montaño.
El colombiano que llegó al Royal Ballet de Londres escribió ‘Una buena ventura’, la autobiografía editada por Grijalbo que retrata su largo camino para conquistar los grandes escenarios del viejo continente.
Una buena ventura es un texto en primera persona, íntimo, un retrato de la familia Montaño, la misma que a pesar de las dificultades económicas le dio a Colombia uno de los bailarines de ballet más importantes de los últimos años.
En el puerto de Buenaventura arranca la historia de este artista que tiene el pulso de un francotirador. La falta de recursos, los techos de cristal para que cualquier hombre (y mujer) se dedique al baile, las distancias, la dolorosa muerte de su madre y la ausencia de oportunidades fueron escollos que Fernando supo sortear, sin que le temblara la determinación y el caracter. Los detalles de su formación en Colombia, Cuba e Inglaterra están consignados en este texto imprescindible para los que luchan por sus objetivos.
«¿Qué se necesita para ser bailarín de Ballet? Muchas cosas, debe tener un buen arco de pies, flexibilidad, extremidades largas y delgadas. Debe tener oído musical, sensibilidad humana y un gran sentido del sacrificio. Es importante que tenga resistencia al dolor físico y mental, confianza en sí mismo y capacidad para no dejarse vencer por el rechazo.» Fernando Montaño.