Para el pueblo judío el baile ha sido una constante. Incluso la Biblia narra pasajes en los que los israelitas bailan, ya sea de alegría o de dolor. Y luego del nacimiento del Estado de Israel, una de las expresiones artísticas que más sorprendentemente ha evolucionado es la danza, tanto la folclórica como la contemporánea, perfilando un estilo personalísimo que ya está dando de qué hablar en el resto del globo.
Lorena Rodríguez Morales para Nuevo Mundo Israelita
La luz disminuye de intensidad mientras suenan los primeros acordes de un vals. El telón se abre y un ciclorama coloreado de azul recibe en escena a una estilizada silueta femenina que, con delicadeza, ejecuta su solo. De pronto, al llegar a una esquina, se detiene. Prepara sus brazos y la respiración para la coda. En el compás preciso se eleva por el aire, con sus piernas extendidas de extremo a extremo, avanzando en espaciosos saltos con su grand jeté, fungiendo como una aguja que carga tras de sí el hilo imaginario que teje, con breves puntadas sobre el linóleo que la empuja de nuevo al aire, una circunferencia perfecta que abarca todo el escenario.
De grandes saltos, también, ha sido la evolución de la danza en Israel, expresión que es apoyada por el Estado con una inversión que ronda los nueve millones de dólares anuales y programas escolares que llevan de gira por los colegios y otros centros educativos a las compañías, para contagiar con el arte del movimiento corporal a las nuevas generaciones.
El auge de la danza contemporánea
Ningún otro territorio del planeta tan pequeño como el Estado de Israel concentra tantas compañías de danza como este. Treinta y cinco suma ya, lo que implica un elevadísimo número de bailarines en una nación de ocho millones de habitantes. Claudio Kogon, subdirector del Centro Suzanne Dellal de Tel Aviv, declaró en una entrevista para la revista cultural de la Televisión Española, Miradas 2, que “esto tiene que ver de alguna manera con nuestra cultura. Desde siempre al pueblo judío le ha gustado bailar para celebrar. Lo tenemos en nuestras fiestas, en las familias, y creo que de alguna manera esto salió de la casa y se fue al público y al teatro. Es increíblemente alta nuestra tasa de danza per cápita”.
Según explicó Kogon para TVE, Israel no posee mucha tradición de ballet clásico por ser un país tan joven, pero sí tiene un impresionante desarrollo en danza contemporánea, principalmente porque en la década de 1930 llegó una ola de inmigrantes de Alemania, lo que puso sobre el territorio a creadores alemanes y al expresionismo de esas latitudes. “Después, en los años 60, contamos con la suerte de tener aquí a Martha Graham, la creadora de la técnica Graham, que fue fundadora de compañías como Batsheva. Hoy en día, de alguna manera, todos los creadores jóvenes son hijos o nietos de esa generación”.
Por su parte Rami Be’er, director del Kibbutz Contemporary Dance Company, explicó al periódico español El Mundo que, como Israel no arriba aún a las siete décadas, son pocas las raíces que mantener y escasos los referentes. Por tanto, “los jóvenes encuentran en la danza contemporánea un medio muy flexible y libre para expresarse”.
Añade el director que, en su opinión, esa necesidad de expresión responde al anhelo de imaginar un espacio más amable al de la realidad que viven. “Estamos en un área muy conflictiva, muy compleja, con unas relaciones muy difíciles con nuestros vecinos. Necesitamos experimentar una metamorfosis. Y aunque yo no me propongo hablar en mis trabajos de la realidad inmediata, de manera indirecta esta se cuela en mis producciones, fluye de forma subterránea”.
Quienes iniciaron la historia de la danza en la tierra de Israel fueron los judíos que venían principalmente de Centroeuropa y Alemania. Por ejemplo, Noa Weitheim, coreógrafa y directora de Vertigo Dance Company, asegura que sus antepasados eran belgas y se mudaron a Israel con todo y mobiliario, por lo que ella creció en un espacio europeo en medio de Tierra Santa. Yehudit Arnon, por su parte, fundadora de la compañía que ahora dirige Be’er, había sido discípula de Kurt Joos en Alemania, y luego de llegar a Israel se convirtió en una de las pioneras en motorizar programas educativos en los kibutzim. Esa integración de diversas escuelas, tradiciones y formas de expresión comenzó a generar un nuevo estilo muy genuino, con una personalidad propia caracterizada por su energía y fuerza.
Las primeras compañías que se fundaron fueron Inbal y Batsheva, esta última una de las de mayor prestigio internacional y por la que han pasado algunos de los más célebres coreógrafos del país, como Itzik Galili o Sharon Eyal. Otra gran figura de la danza contemporánea en estos parajes es Ohad Naharin, quien se ha convertido en el coreógrafo israelí de referencia.
La exitosa coreógrafa Dafi Altabeb, de Dafi Dance Group, declaró que la danza en Israel ha adquirido mucha fuerza, gracias a la pasión que hay en toda la nación por crear. “Estamos empujándonos unos a otros para ocupar un buen lugar en el mundo. Israel está adquiriendo su lugar en el mapa, porque aquí hay mucha creación”.
Folclor multicultural
El baile folclórico de Israel no es más que una amalgama de las distintas formas coreográficas y géneros que se consolidaron en las diversas naciones en que crecieron los muchos judíos de la diáspora.
Si en otros países el aprendizaje del folclor tiene como objetivo preservar las raíces y mantener vivos los orígenes culturales de la nación, en el caso de Israel el folclor es una forma que está en continuo cambio y que combina a partes iguales historia y modernidad, referencias bíblicas con expresiones contemporáneas.
Los pioneros, quienes cambiaron su vida cosmopolita de las urbes de Europa Oriental por la vida rural de los kibutzim, trajeron sus danzas nativas y las adaptaron al nuevo paisaje, clima y ánimos de Eretz Israel. Fue precisamente de estas colectividades de inspiración marxista que surgió la Hora, por ejemplo, como baile típico nacional: una danza que une a sus ejecutantes en un círculo en el que todos —niños, jóvenes y ancianos— se mueven al aire libre. De origen yemenita, sus características adquirieron nuevo significado en Israel: el círculo simboliza igualdad, los brazos enlazados la nueva ideología de acogida, los sencillos pasos permiten a todos participar, los pies descalzos son señal de humildad y contacto con la tierra ancestral.
Pero junto a lo que hoy puede considerarse como la danza folclórica israelí, hacen vida en paralelo —y siguen influenciando a la primera— las danzas tradicionales de los diferentes grupos étnicos que reflejan tanto el “crisol de diásporas” como la pluralista naturaleza de la sociedad israelí. Estos bailes son preservados por varios grupos especializados en danzas de Yemen, Kurdistán, Noráfrica, India, Georgia, Bujara y Etiopía, y por conjuntos que interpretan danzas árabes, drusas y circasianas, entre otras.
Instituciones de difusión
La Biblioteca Israelí de Danza y el Archivo Israelí de Danza, además de servir de centros de estudio e investigación, publican libros sobre danza y el Anuario de Danza Israelí. El adiestramiento y enseñanza a nuevos bailarines se ofrecen en la Academia Rubin de Música y Danza en Jerusalén y Tel Aviv, los estudios Bat Dor en Tel Aviv y Beer Sheva, la escuela Talma Yellin en Guivataim, y varias otras escuelas y talleres de danza en todo el país.
Las contribuciones de Israel en el campo de la educación en el movimiento incluyen los métodos de Moshé Feldenkrais, que se enseñan en todo el mundo, y el sistema de anotación del movimiento Eshkol-Wachman, uno de los tres más conocidos sistemas de registro de danza y movimiento por escrito.
Compañías de danza contemporánea en Israel
Ballet Israelí: surgió de un estudio de danza clásica creado por sus directores artísticos Berta Yampolsky e Hillel Markman. Es la única compañía profesional de ballet clásico del país, e interpreta obras clásicas, neoclásicas y contemporáneas creadas por Berta Yampolsky, así como ballets de Balanchine y otros coreógrafos internacionales.
Compañía Kibutziana de Danza Contemporánea: fundada en 1970 por Yehudit Arnon, miembro del kibutz Gaatón en Galilea, cerca de la frontera libanesa. Yehudit Arnón convirtió un grupo de jóvenes bailarines aficionados en una de las compañías de danza contemporánea más destacadas de Israel, que se ha ido ganando el aplauso internacional. La compañía se identifica hoy con su director artístico y coreógrafo Rami Be’er.
Companía de Danza Batsheva: fundada en 1964 por la famosa bailarina Martha Graham y la baronesa Batsheva de Rothschild, se basó inicialmente en los métodos de la Graham, pero siempre hizo hincapié en la formación en las técnicas del ballet. A los 50 años de su creación, la compañía es quizá la embajadora de la cultura israelí más conocida globalmente. Su elenco cuenta con 65 miembros, entre bailarines y técnicos.
Vértigo: grupo de danza moderna muy exitoso, fundado en 1992 por dos bailarinas, Noa Wertheim y Adí Shaal. El grupo ha realizado giras por todo el mundo y ya ha obtenido distinciones internacionales. Gran parte de su repertorio son coreografías originales de Wertheim, así como innovadores proyectos de danza con otros artistas. La Escuela de Danza Vértigo de Jerusalén, fundada en 1997, ofrece clases para profesionales y aficionados al ballet clásico, danza moderna e improvisación.
Compañía de Danza de Inbal Pinto: es una de las estrellas ascendentes de la danza internacional. Su coreógrafa y diseñadora, la bailarina Inbal Pinto, fue anteriormente miembro de la Compañía Batsheva e inició su labor de coreógrafa en 1990. Desde entonces ha creado, conjuntamente con el codirector artístico de la compañía, Avshalom Pollack, numerosas piezas de danza, tales como la mundialmente famosa La Ostra, que ha sido representada centenares de veces en Israel y en el extranjero.
Centro de Danza y Teatro Suzanne Dellal: inaugurado en 1989 y ubicado en el recientemente renovado barrio de Nevé Tzedek de Tel Aviv, se ha convertido en el punto central de las actividades de danza del país.
El escenario de la danza moderna de Israel cuenta además con una serie de conjuntos más pequeños y coreógrafos independientes, cuya labor es muy apreciada por los aficionados del mundo entero. Entre ellos se destaca Yasmeen Godder, que en 2002 fue galardonada con el Bessie Award en Nueva York y ha obtenido numerosos premios en Israel. Otras estrellas en auge son Emanuel Gat y Renana Raz.
Martha Graham
Bailarina y coreógrafa estadounidense de danza moderna, cuya influencia en este campo es equiparada a la que tuvo Picasso en las artes plásticas, Stravinsky en la música o Frank Lloyd Wright en la arquitectura. Para ella, la danza moderna no era producto de la inventiva, sino del descubrimiento de principios primigenios. El estilo de Martha Graham es ampliamente reconocido por sus características contracción y relajación, la caída controlada, los saltos del hombre y un desarrollo de imágenes que van con los movimientos. Una de sus estudiantes era la heredera Batsheva de Rothschild, de la cual se hizo amiga cercana. Cuando Rothschild se mudó a Israel y estableció la Compañía de Danza Batsheva en 1964, Graham se convirtió en la primera directora de la compañía, preparó a la primera generación de bailarines y coreografió trabajos exclusivos para el grupo israelí. En 1998, la revista Time la nombró “Bailarina del Siglo” y una de las personas más importantes del siglo XX. © Copyright Nuevo Mundo Israelita 2008 Rif – J-30613878-1
Con información de:
- www.bama.org.ar
- www.elmundo.es
- www.embassies.gov.il
- www.goisrael.es
- www.israelenlinea.com
- www.israel-mfa.gov.i
- www.rtve.es
- www.wikipedia.com
