Béjart Ballet Lausanne inaugura la XXXV edición
La presente edición comienza el viernes 16 de julio, con 9 espectáculos sold out y con el asesoramiento del Hospital Clínic de Barcelona en los protocolos de seguridad en materia de COVID-19
El día viernes 16 de julio, el Festival Castell de Peralada vuelve a rencontrarse con el público. El escenario del Parc del Castell vuelve a alzar el telón después que la pasada edición, el Festival de Peralada se hubiera de reinventar con un formato digital a causa de la pandemia, con una programación que se celebró en los escenarios de las murallas y la iglesia del Carmen del Castillo de Peralada.
“El año pasado, más de 90.000 espectadores se conectaron desde diversas ventanas y disfrutaron de un festival pensado para ser un regalo para los artistas, para el equipo y para el público de este festival, pero que a pesar del éxito y la buena acogida que tuvieron los seis espectáculos programados y la actividades digitales paralelas gracias a las nuevas tecnologías, prometimos que no repetiríamos el formato porque lo que queremos es un festival vivo, con artistas encima del escenario dialogando con el público a través de sus propuestas y donde la experiencia del directo y el compartir emociones, no se pueda reemplazar” afirma Oriol Aguilà y añade “las ganas del publico de volver a disfrutar de nuestro festival queda demostrada con 9 espectáculos de los 12 programados que ya han colgado el cartel de sold out, la gente tiene ganas de volver a Peralada, y nada nos alienta más”.
La inauguración de la 35ª edición del Festival Castell de Peralada llega de la mano de la compañía suiza el Béjart Ballet Lausanne y su espectáculo “Ballet for life” o “Presbytère n’a rien perdu de son charme, ni le jardín de son éclat” bajo la dirección artística de Gil Roman.
El espectáculo, creado por Maurice Béjart y estrenado en el Teatro Nacional de Chaillot de París en enero de 1997, es hoy en día, una de las piezas más impactantes de toda la historia de la danza. En él, Béjart plasmó en el cuerpo de sus bailarines su peculiar forma de interpretar la música de Queen y también de W. A. Mozart.
El espectáculo, inspirado en las figuras de Freddie Mercury y en Jorge Donn, bailarín y primera figura del ballet de Béjart durante años, ambas víctimas de SIDA a los 45 años, nació por casualidad. Mientras Béjart se encontraba a Montreaux, tuvo en posesión el álbum “Made in Heaven” de la banda británica, el cual, en la portada, se podía ver el mismo paisaje que él vislumbraba des de su ventana.
Sensible a este tipo de coincidencias, tal y como él mismo había afirmado, se puso a investigar durante 4 largos años sobre la figura de Mercury y sobre la música de Queen. De todo esto, del amor del artista por el arte, del amor de Béjart a Jorge Donn y de la rabia y tristeza provocada en ver como el SIDA se llevaba demasiados jóvenes por amar en total libertad, nacía esta oda a la vida, esta autobiografía emocional impactante de los sentimientos más inconfesables de uno de los grandes maestros de la danza contemporánea.
“Le Presbytère n’a rien perdu de son charme, ni le jardin de son éclat», título completo de la obra, es en realidad “el grito de angustia de una juventud por la cual el problema de la muerte por el amor se añade al de las numerosas guerras que no han cesado al mundo desde el llamado final de la última guerra mundial” tal y como la definía el mismo Béjart.
A través de una iluminación acurada, de una mirada llena de optimismo y de un vestuario de colores vivos y brillantes de Gianni Versace, Béjart nos muestra una juventud desinhibida combinada a la perfección con ingenio humorístico, técnica brillante y la manera desenfadada de ver la vida amenizada por las notas musicales de “Così fan tutte” de Mozart y Queen.
“Después de lo que estamos viviendo en los últimos meses con esta pandemia que nos ha sacudido de manera inimaginable, teníamos claro que no había mejor manera de inaugurar esta edición que hacerlo con este espectáculo” afirma Oriol Aguilà, director del Festival Castell de Peralada.
El Béjart Ballet Lausanne, que ya llevó este título el año 2010 en el Auditori Parc del Castell, y que se convierte en el primer espectáculo que se repite en la historia del festival, inaugurará la XXXV edición con esta obra maestra que nos habla de la muerte pero que, por encima de todo, es un canto a la vida, un acto de amor.
El viernes arranca una edición que, hasta el 1 de agosto, ofrecerá 14 propuestas de la mejor lírica y danza de la mano de artistas de gran renombre como Jonas Kaufmann, Javier Camarena, Lise Davidsen, Sondra Radvanovksy, Iratxe Ansa, Lucía Lacarra, Rufus Wainwright o William Christie, entre otros.
El Clínic asesora al Festival de Peralada
El Hospital Clínic de Barcelona, con el Dr. Antoni Trilla, jefe de servicios de Medicina Preventiva y Epidemiologia del Clínic al frente, ha asesorado en la aplicación de las medidas COVID-19 para el Festival de Peralada que empieza este viernes para garantizar un festival “seguro”.
Desde hace meses, ambas instituciones han trabajado en los protocolos sanitarios dentro las instalaciones del festival, que se cumplirán para todos los asistentes, profesionales y artistas. “El asesoramiento del Hospital Clínic, así como el del nuestro asesor médico, el Dr. Miquel Llobet, han estado claves para confeccionar el festival de este año”, asegura Oriol Aguilà.
Por otra parte, Full Audit ha certificado los protocolos y ha validado toda la previsión de medidas requeridas para llevar a cabo el Festival Castell de Peralada con las máximas garantías de prevención y seguridad en materia de COVID-19.
El Festival Castell de Peralada celebra entonces, el 35º aniversario cumpliendo todas las medidas de seguridad y con un aforo del 70%. En esta edición, el Festival presenta cuatro escenarios donde se desarrollará su programación.
El tradicional Auditori Parc del Castell, de estructura tubular y de grande alzada que acogía unas 1.700 localidades, este año se convierte en una gran platea de mil butacas, el 70% aproximadamente de las cuales se ocuparán y que se vendrán por unidad familiar o grupo de contacto habitual.
Los otros escenarios se adaptarán igualmente a las medidas de distanciamiento y aforo que marque el protocolo. Así pues, la tradicional Iglesia del Carmen, que acoge recitales líricos o conciertos de cambra, tendrá una capacidad máxima de 168 personas.
Este año, el Festival estrena dos espacios nuevos: el Mirador del Castell, donde actuará el Ballet de Barcelona sobre una gran pasarela y que acogerá 168 personas, y, por otro lado, los Jardines del Castell también se convierten en un escenario en esta edición con el recital Opera Followers, donde el público estará distribuido en mesas de dos, cuatro o seis personas con un máximo de 87 personas.
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