En 1980 Lock fundó su propia compañía, Lock-Danseurs que pasó a llamarse La La La Human Steps en 1982.
«Me interesa el potencial del caos» Édouard Lock
Estudió cine y letras en la Universidad de Concordia, y fue allí donde descubrió la danza, a la edad de 19 años. Fue durante un stage con el grupo Nouvelle Aire, una de las dos únicas compañías de danza moderna en Montréal por aquel entonces. A principios de los 70 bailó con la cía. Le Groupe de la Place Royale (hoy conocida como Le Groupe Dance Lab). Tenía 21 años cuando la cía. Nouvelle Aire le hizo su primer encargo. Con su primera coreografía Temps volé , conoció a la bailarina Louise Lecavalier, con quien desarrolló un lenguaje gestual completamente nuevo. En los años siguientes creó obras para el Museo de Beaux-Arts de Montreal y les Grands Ballets Canadiens, muchas de ellas coproducidas por el Centre National des Arts.
En 1980 Lock fundó su propia compañía, Lock-Danseurs que pasó a llamarse La La La Human Steps en 1982. Aunque lleva dirigiendo con éxito su compañía durante más de 25 años, Lock ha colaborado a menudo en proyectos con otros artistas y compañías. En 1989 dirigió la puesta en escena de la gira mundial Sound and Vision de David Bowie, y más tarde colaboró en la serie de conciertos The Yellow Shark con Franz Kappa et l'Ensemble Modern d'Allemagne, así como en producciones para reconocidas compañías de danza clásica y contemporánea (como el Het National Ballet o el Ballet de la Ópera de París). Con una técnica de danza contemporánea dinámica y arriesgada y un sentido del espectáculo en vivo muy agresivo La La La Human Steps se presentará en Barcelona en el mes de noviembre. Desde 1990, Les Grands Ballets Canadiens de Montréal han añadido a su repertorio un gran número de trabajos originales de grandes coreógrafos como: Edouard Lock como varias importantes compañías de danza: le Ballet National de Hollande, le Nederlands Dans Theater 1, le Saitama Arts Theater au Japon, le Théâtre de la Ville entre otras. Sus bailarines manejan sus cuerpos con energía, gracia y precisión, son capaces de cualquier pirueta, salto y casi hasta levitación: la velocidad de sus movimientos deja atrás a nuestras lentas retinas, que ven como simultáneas posiciones sucesivas de piernas y brazos y nos presenta seres fantásticos con alas como pájaros y aletas como peces.
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"Amelia" (Canadá, 2002) es una propuesta y creada de Edouard Lock que repasa el trabajo en puntas con la técnica contemporánea, y desde distintos ángulos de la cámara, las secuencias coreográficas muestran contrastes de movimiento entre parejas que dialogan físicamente dentro de una inmensa caja de madera con paredes redondeadas. Es una obra de gran éxito internacional creada para nueve bailarines, tres músicos y una cantante. Lock confirma con Amelia que la danza es mucho más que movimiento y acción.
Amelia es para Lock un nuevo montaje es la recuperación de sus propios recuerdos y la consolidación de una peculiar fuente de inspiración: “Hace mucho tiempo, cuando era muy joven, como de 18 años, tenía dos amigos travestis. Siempre pensé que tendría que hacerles un homenaje. Apareció entonces la idea de hacer Amelia. Lo más turbador fue que durante las audiciones para nuevos bailarines que realicé, se presentó un joven, que entre otras cosas era un travesti.”
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En 1986 recibe el premio Bessie Award (New York Dance and Performance Awards) por la obra Human Sex. En el año 2001 fue nombrado caballero de l'Ordre national du Québec. El mismo año recibió le Prix du Centre National des Arts por la obra Salt – Exaucé. Fue nombrado oficial de l'Ordre du Canada en 2002, 2003, Benois de la danse por la obra André Auria, y en 2002 nombrado Officier de l'Ordre du Canada.
Obras
- Temps Volé (1975)
- Remous (1977)
- La maison de ma mère (1977)
- Le Nageur (1978)
- Solo pour une femme (solo pour Danielle Tardif) (1978) pour le Musée des Beaux-Arts de Montréal
- Solos pour quatre femmes (1979)
- Lily Marlène dans la jungle (1980)
- Oranges (1981), pour le Musée d'Art Contemporain
- Bussinessman in the process of becoming an angel (1983)
- Human Sex (1985), música de Louis Seize y Randall Kay.
- La La La Human Steps sex duo nº1 (1987), corto realizado por Bernard Hébert.
- New Demons (1987), música de West India Company, René Despars y Olle Romo.
- Bread dances (1988) para el Het National Ballet, música: concierto en Re mayor de Tchaikovski.
- Look back in anger (1988), música de David Bowie.
- Danse avant de tomber (1989), música de Carole Laure y Lewis Furey, del álbum Western Shadows.
- Sound and visions (1990), música de David Bowie.
- Infante, c'est destroy (1991), música Einsturzende Naubauten, David Van Tieghem, Skinny Puppy y Janitors Animated.
- The yellow Shark (1992), música de Frank Zappaet y l'Ensemble Modern de Francfort.
- Le petit musée de Velásquez (1994), corto realizado por Bernard Hébert de ocho coreografías de Lock.
- 2 (1995), música: anónimas del siglo XVI, David Byrne, Shellac of North America, My Bloody Valentine e Iggy Pop.
- Étude (1996) para les Grands Ballets Canadiens, música de Garvin Bryars.
- Exaucé/Salt (1998), música de David Lang y Kevin Shields.
- Touch to include (1999) para el NDT 1, música de David Lang.
- Amelia (2002), música de David Lang y Lou Reed (vocal, Songs for Lou Reed). Música adicional de Normand-Pierre Bilodeau y Alain Thibault, improvisaciones y ensamblaje musical de Alexandre Castonguay, Simon Claude y Njo Kong Kie.
- AndréAuria (2002) para el Ballet de la Ópera de París, música de David Lang.
- Les Boréades (2003), para el Palais Garnier. Ópera de Jean-Baptiste Rameau. Puesta en escena de Robert Carsen, dirección musical de William Christie.
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Edouard Lock & La La La Human Steps – "Amjad" © André Turpin
Su compañía, La La La Human Steps, estrena «Salt» en Madrid
Por FRANCISCO CHACON
Abstracto. Excesivo. Extremo. Corrosivo. Enérgico. Arriesgado. Caótico. Como una estrella del rock más intelectualizado, Edouard Lock aterrizó ayer en Madrid con todo su arsenal de conceptos de vanguardia. Lo suyo está en el énfasis del cuerpo, en unas coreografías en las antípodas de los convencionalismos al frente de La La La Human Steps, una compañía de danza canadiense tan inusual como influyente que estrena mañana su espectáculo Salt en el Teatro de Madrid.
Lock desembarca hasta el próximo domingo en el Festival de Otoño sin su -hasta hace unos meses- musa inseparable, Louise Lecavalier. Pero el complejo mundo de este atormentado creador marroquí (a los tres años se trasladó con su familia a Quebec) no se muestra en absoluto deudor de la bailarina con la que asombró en el mismísimo The Kitchen de Nueva York hace 20 años con Lili Marleen in the jungle y con la que se consagró a mediados de los 80 con la revolucionaria Human sex.
«Me interesa el potencial del caos», declaró de forma apocalíptica este inclasificable coreógrafo, que se apoya en la música catártica de David Lang y Kevin Shields (del grupo de rock My Bloody Valentine) interpretada en directo por un trío minimalista. Edouard Lock, para quien la danza es «la última experiencia tribal que queda», explica: «Hay algo confuso en las formas humanas, sobre todo cuando el cuerpo se mueve y se vuelve entonces transparente, irreal. Hay muchos elementos invisibles, no perceptibles a simple vista en los volúmenes del hombre».
El máximo responsable de La La La Human Steps defiende la abstracción como un fin en sí mismo. «Normalmente, se acepta la abstracción si hay un medio secundario, como la fotografía o la pintura. En caso contrario, se tiende a rechazarla. Pero yo creo que la abstracción se puede reflejar a través de las formas humanas en una coreografía». Desde su particular perspectiva, la danza actual es más «densa» pero en ella ha dejado de tener sentido seguir experimentando constantemente porque «hay una constante superposición de influencias».
Lock, que ha colaborado con David Bowie y Frank Zappa, no se muestra muy entusiasmado con su supuesta cercanía estética al mundo del rock. «Desde mis primeras coreografías he trabajado con músicos que utilizaban guitarras y percusión, como los alemanes Einstürzende Neubauten, pero ellos hacen música industrial, no creo que les guste que los relacionen con el rock». Y desde su indomable atalaya concluye categóricamente: «La exploración musical más vitalista ha dejado de estar en el rock, ahora está en el rap».
www.elmundo.es – Miércoles, 15 de noviembre de 2000
Édouard Lock – De Wikipedia, la enciclopedia libre
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