Diego Martín-Etxebarría dirige el ballet: Sinfonie des Lebens, de Robert North, en Alemania

Que la vida puede ser dura, muy dura, sobre todo para los más débiles, desvalidos y enfermos, es algo que sabe, por experiencia, en carne propia, el consagrado coreógrafo estadounidense Robert North (Charleston/Carolina del Sur, 1945). Sin embargo, y pese a los problemas de salud que le han aquejado hasta no hace mucho, North nos suelta un mensaje de esperanza, porque al final de cuentas la vida es hermosa, muy hermosa, puede llegar a tener mucho, mucho color y vale la pena vivirla, aún cuando sobrevengan contratiempos y situaciones desagradables.

Sinfonie des Lebens (Sinfonía de la vida) se titula esta exquisita velada coreográfica enteramente suya con tres piezas de ballet, de dos horas de duración en total (con dos intervalos), estrenada en el Teatro de Mönchengladbach (Baja Renania) el 4 de marzo de este año, con dirección musical del español Diego Martín-Etxebarría (Bilbao, 1979), y que presenciamos el viernes 16 de junio pasado.

El Teatro de Mönchengladbach y el Teatro de Krefeld forman desde 1921 una comunidad de escenarios fusionados con una dirección, elenco teatral, orquesta y ballet comunes que funciona como un reloj suizo y que ha reunido (y reúne) a lo largo de su historia a grandes figuras artísticas en todos los géneros (teatro, ópera y musicales, conciertos y ballet).

Es la primera vez que Martín-Etxebarría dirige un ballet (hasta ahora siempre ha conducido conciertos y óperas) y lo hace al frente de la orquesta Niederrheinische Sinfoniker (literalmente: Sinfónicos de Baja Renania), una formación perteneciente a los dos teatros, que suena excelentemente bien y que ha seguido, apoyado a los bailarines de la Compañía de Robert North con absoluta precisión. Pese a ser un colectivo musical de provincia, su calidad (todos sus integrantes son excelentes maestros en sus respectivos instrumentos) no desmerece en absoluto frente a la que pueda ofrecer un conjunto de una ciudad importante de Alemania.

La influencia de la Royal Ballet School de Londres en la labor de North es por demás evidente. Allí se formó (1965 – 1967), con Kathleen Crofton, y después pasó a la London School of Contemporary Dance (1966), antes de ser miembro cofundador del célebre London Contemporary Dance Theatre (LCDT, 1967).

North regresó a Estados Unidos, donde estudio con Merce Cunningham y se unió a la compañía de Martha Graham. En 1969 retornó al LCDT para el cual creó numerosas piezas y del que fue coreógrafo asociado (1975) y codirector artístico (1981).

Diego Martín-Etxebarría dirige el ballet: Sinfonie des Lebens, de Robert North, en Alemania

De ahí en adelante North no hizo otra cosa más que trabajar, trabajar y trabajar, con 96 compañías de todo el mundo, entre ellas el Rambert Ballet, del que fue director artístico (1981 – 1986). Ahora nos muestra algunas de sus más de 100 creaciones de todos estos años.

La maravillosa velada comienza con Jugend (Juventud) que estrenó North en 2003 en Múnich, con música de Benjamin Britten (Simple Symphony, opus 4, de 1934), para orquesta de cuerdas, bailada (todos descalzos) con gran energía, elegancia, coordinación y sincronización por Irene van Dijk y Alessandro Borghesi (primer pas de deux), Elisa Rossignoli (¡muy ágil y carismática!!!) y Giuseppe Lazzara (segundo pas de deux), Teresa Levrini y Marco A. Carlucci (tercer pas de deux), así como por el resto del elenco, las bailarinas Victoria Hay, Flávia Harada, Jessica Gillo, Cecile Medour, Amelia Seth, Yasuko Mogi, Yoko Osaki; y los bailarines Takashi Kondo, Luca Ponti, Robin Perizonius, Radoslaw Rusiecki, Illya Gorobets.

Fantástico el conjunto (escenografía y vestuario de Udo Hesse) en el célebre Playful Pizzicato de esta obra de Britten compuesta (cuando contaba 20 años de edad) originalmente para orquestas de escolares y cuyos movimientos (aliteraciones) contienen cada uno dos temas predilectos del compositor (Boisterous Bourré; el citado pizzicato; Sentimental Sarabande; y Frolicsome Finale).

La de North es una compañía internacional, con gente muy joven y de muy buen nivel. El experimentado y laureado coreógrafo ha reunido bailarines de diferentes países, de gran talento, con excelente formación clásica, para interpretar piezas de danza moderna con absoluta profesionalidad y entrega.

La segunda parte se titula Schlaf der Vernunft (Sueño de la razón). La pieza se inspira en el aguafuerte de Francisco de Goya (1746 – 1828) El sueño de la razón produce monstruos (1799), de su serie los Caprichos, así como en su otra serie los Desastres de la guerra. North la estrenó en 1986 en Stuttgart. La música es de Dmitri Shostakóvich (la dificil Sinfonía número 14, opus 135, para solistas y orquesta de cámara). Se trata, en ésta su penúltima obra del género, compuesta en 1969, de un ciclo de 11 canciones que versan mayoritariamente sobre la muerte, y está dedicada a Benjamin Britten. Es su sinfonía más atípica y de estilo musical plenamente representativo de su última etapa. Shostakóvich se inspiró para ello en Cantos y Danzas de la muerte, para voz y piano, de Modest Mussorgski, sobre poemas de Arseny Golenishchev-Kutuzov.

Diego Martín-Etxebarría dirige el ballet: Sinfonie des Lebens, de Robert North, en Alemania

Intervienen, situados al frente, a ambos extremos del escenario, la soprano Janet Bartolova y el bajo Hayk Dèinyan (brillantes), quienes cantan versos luctuosos (en español) de Federico García Lorca, (en francés) de Guillaume Apollinaire, (en ruso) de Wilhelm Küchelbecker y (en alemán) de Rainer Maria Rilke.

La escena y utilería sobre fondo negro, con elementos en rojo vivo (escenografía y vestuario de Andrew Storer), primero iluminada puntualmente con focos directos, coordinada con la sombría música de Shostakóvich, de aciagos presentimientos, crean una tétrica atmósfera que impresiona al espectador. Salvando distancias, por supuesto, a uno le parece estar presenciando la puesta original de una tragedia griega clásica (Esquilo, Sófocles, Eurípides) en el teatro de Dionisos, al pie de la Acrópolis.

Este es el patético ambiente que logra crear North en una de sus obras maestras, con ayuda de Shostakóvich (excelente ejecución de la Sinfónica de Baja Renania, bajo la batuta de Martín Etxebarría), y el diálogo que entablan solistas y bailarines para denunciar las horribles crueldades de las conflagraciones bélicas.

Cuida mucho Martín-Etxebarría a lo largo de toda la velada no solo la sincronización de la orquesta (que es bastante grande), sino también la de los cantantes con los bailarines, como ocurre en este caso, en el que vela además por la disposición de los instrumentos en el foso para evitar interferencias o disonancias. Para más complicación aún, esta partitura de Shostakóvich prevé numerosas intervenciones solísticas de cada uno de los músicos del reducido grupo en la ejecución de la obra, lo que obliga a una interpretación con mucho celo y soltura a la vez.

Irene van Dijk (magnífica) encarna aquí a la vida, Alessandro Borghesani a la muerte, Elisa Rossignoli (exquisita) a la figura de Loreley, Paolo Franco al soldado, rodeados por todo el elenco (uno puede imaginarse aquí a los coristas de la Grecia Antigua).

Diego Martín-Etxebarría dirige el ballet: Sinfonie des Lebens, de Robert North, en Alemania

El cierre de la velada no podía haber sido más contrastante y acertado. Farbenspiel (nueva versión de una pieza titulada originalmente como Colour Moves que estrenó North en 1983 en Londres) con música de Christopher Benstead, es un verdadero juego de colores, armonioso, intenso, un himno a la vida, con escenografía y vestuario de Udo Hesse, quien utiliza obras de la pintora británica Bridget Riley (Londres, 1931), destacada artista del op art (arte óptico) de postguerra.

El conjunto de danzarines se divide en atuendos verdes, amarillos, rojos, azules y turquesa. Solamente una bailarina (Amelia Seth) viste de blanco, que según la teoría del color en la pintura resulta de la combinación de rojo, verde y azul.

De pie, un público más que fascinado con lo visto y escuchado sobre el escenario y desde el foso, tributó durante largos minutos estruendosos aplausos, ovaciones y clamorosas expresiones de alabanza al cierre de esta maravillosa función.

Mönchengladbach, viernes 16 de junio de 2017. Teatro de Mönchengladbach (Baja Renania). Compañía de Ballet de Robert North. Sinfonie des Lebens (Sinfonía de la vida), con coreografía de Robert North y música de Benjamin Britten (1913 – 1976), Dmitri Shostakóvich (1906 – 1975) y Christopher Benstead (Londres, 1951). Asistencia de coreografía Sheri Cook. Escenografía y vestuario Udo Hesse (Jugend y Farbenspiel), Andrew Storer (Der Schlaf der Vernunft). Orquesta Niederrheinische Sinfoniker (Sinfónica de Baja Renania). Dirección musical Diego Martín-Etxebarría. 100% del aforo.

 

Body Ballet ® - Carolina de Pedro
La correcta danza clásica para adultos.
Danza clásica, elongación y estiramientos.
Desde 2003

www.bodyballet.es


Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies y Google Analitycs para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas, y de nuestra política de cookies, privacidad y RGPD ACEPTAR

Aviso de cookies