Carlos Acosta se despidió del Royal Ballet

Carlos Acosta, de 42 años, se retira esta temporada del ballet clásico, pero seguirá como bailarín en obras contemporáneas y como coreógrafo.

Tras agradecer a su familia y amigos, el artista cubano aconsejó a las nuevas generaciones de bailarines que no temieran cometer errores, que fueran curiosos y disfrutaran la vida sin desperdiciar ni un momento.

Ha sido descrito como el gran bailarín de su generación, un virtuoso que parece volar por el escenario como si estuviera suspendido del cielo. Y es que los más refinados superlativos no parecen alcanzar para describir el talento de Carlos Acosta, el bailarín cubano que este jueves se despidió con su propia coreografía de Carmen, del escenario que fuera su hogar durante 17 años, el Royal Opera House, sede del Royal Ballet, en Londres.

Ante una calurosa ovación, y en un escenario cubierto de rosas, Acosta saludó emocionado al público que durante 17 años lo acompañó como primera figura de la compañía británica de ballet.

¿Pero cuál es el secreto de Acosta? ¿Cómo se explica que aquellos que lo ven en un escenario, aunque no sepan nada de ballet, sientan como un torrente la más sublime y sutil belleza, transmitida junto a la más sólida y avasallante energía masculina?

Para la editora de arte del diario británico The Daily Telegraph, Sarah Crompton, el talento de Acosta se hizo aún más profundo y refinado a lo largo de su carrera con el Royal Ballet.

«Acosta es uno de los hombres más musculosos y más poderosos en el escenario, pero sus actuaciones tienen tantas capas y subcapas de poder dramático que cada una de sus danzas se vuelve un evento que no puedo darme el lujo de perder», escribió Crompton en una reciente columna. Ha sido desde un maravilloso príncipe Sigfrido en el Lago de los Cisnes, hasta un guerrero poderoso en Espartaco o un Albrecht que agoniza en Giselle. La versatilidad y pasión de Acosta ha dado vida a numerosos clásicos, siempre con su potencia masculina y fluidez como un sello inconfundible.»

La bailarina española Tamara Rojo, quien compartió el rol principal en Romeo y Julieta con Acosta ante más de 13.000 personas en Londres en 2012, definió así la singularidad del bailarín.

«Carlos es uno de esos poquísimos artistas que son capaces de trascender su propia arte y convertirse en parte de la conciencia pública», dijo a BBC Mundo Rojo, directora artística del English National Ballet. «No es sólo un gran bailarín, sino escritor, actor, coreógrafo, productor, además de un hombre de gran inteligencia emocional, curiosidad y calidez».

Kevin O’Hare, director del Royal Ballet, dijo a BBC Mundo que «a lo largo de los 17 años que Carlos ha estado con el Royal Ballet siempre ha estado dispuesto a tomar el desafío de proyectos nuevos, como el de Romeo y Julieta en el escenario 02 Arena ante más de 13.000 personas, o las iniciativas para inspirar el amor a la danza en jóvenes.Esperamos seguir trabajando juntos en el futuro en la formación de nuevas generaciones. Carlos siempre será parte del Royal Ballet», agregó O’Hare.

Acosta ha recibido numeros galardones internacionales, incluyendo el Premio Olivier por Logros Notables en la Danza en 2007 y el Premio de Danza de la Fundación Princesa Grace, de Estados Unidos. También recibió el año pasado de la reina Isabel II de Inglaterra la medalla de Comendador de la Excelentísima Orden del Imperio Británico (CBE).

Para la crítica de danza, tal vez sea demasiado pronto para hablar del legado de Acosta, pero no para decir que es muy poco problable que jamás se vea en los escenarios a alguien como él. En los múltiples mensajes en el sitio del Royal Opera House tras su última actuación este jueves, quienes tuvieron el privilegio de verlo en el escenario destacan sus palabras de despedida y sus consejos a bailarines jóvenes.

Consejos que resumen una forma de ver la vida y que se extienden a todos.

«No hay que tener miedo a cometer errores», dijo el bailarín cubano, quien habló también de la importancia de ver la vida como un largo proceso de constante aprendizaje.

«Fue muy emocionante verlo despedirse de un público que lo siguió durante tantos años. Después, en una fiesta que le organizó la compañía, le regalaron un turbante y uno de sus trajes favoritos», nos contó uno de sus amigos cercanos, Manuel Toledo, periodista de la BBC.

«También el Royal Ballet acaba de publicar un libro bellísimo con fotos de su carrera y citas que a Carlos lo conmovieron mucho, no sólo de grandes bailarines que han compartido con él el escenario, sino también hasta de porteros y jefes de escena de la compañía». «Pero el mejor regalo que le hicieron fue el reconocimiento a su talento y las oportunidades que le brindó esta compañía que, durante dos décadas, fue para él como una gran familia.»

«Una vez Monica Mason, quien dirigió el Royal Ballet durante diez de los 17 años que Carlos bailó con ellos, me pidió que le tradujera a la madre de Carlos – quien falleció hace pocos años – que la disciplina y la dedicación de Carlos eran legendarios y un ejemplo único tanto para los bailarines más jóvenes como para los más consagrados», señaló Toledo.

«Además de ser un gran artista, Carlos es un amigo extraordinario, muy generoso con su tiempo y muy humilde. De hecho, anoche le decíamos, medio en broma, que es mejor amigo que bailarín – que es mucho decir». Fuente www.bbc.com

Carlos Acosta se despidió del Royal Ballet
Carlos Acosta se despidió del Royal Ballet.

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