Ácido, odio y cisnes negros: la cara más brutal del Bolshoi Ballet.
El documental ‘Bolshoi Babylon’ retrata la cara más oscura de la célebre compañía rusa de danza clásica.
El 17 de enero de 2013 Sergei Filin se encontraba a pocos pasos de la puerta de su casa cuando oyó que alguien le llamaba por su nombre. Al darse la vuelta, un hombre enmascarado le disparó un chorro de ácido a la cara.
El coreógrafo y director artístico del ballet del Teatro Bolshoi cayó en la nieve, su rostro se abrasaba en un escenario vacío y todas las amenazas recibidas hasta entonces se hacían realidad. El exitoso Pável Dmitrichenko, bailarín solista, fue quien encargó el antentado. Su móvil fue la venganza.
Sentía que el nuevo director no trataba bien a su pareja, la también bailarina Angelina Vorontsova. Testimonios internos indicaron que Vorontsova habría solicitado el papel de solista en El Lago de los Cisnes pero Filin se lo negó.
El maestro de Vorontsova, el veterano Nikolai Tsiskaridze, también estaba amargado por haber perdido poder desde el ascenso de Filin. En definitiva, el atentado fue consecuencia de la mucha rabia acumulada entre bambalinas: Dmitrichenko fue la chispa que hizo estallar una montaña de pólvora. Sergei Filin se recuperó de sus quemaduras de tercer grado en Alemania, y pudo conservar la vista.
En 2003 la primera bailarina Anastasia Volochkova fue despedida del ballet por ser demasiado «voluminosa». Diez años más tarde denunció ante la prensa que el ballet Bolshoi era un «burdel gigantesco». Afirmó que la compañía enviaba a compañeras suyas a fiestas de millonarios rusos, y que acostarse con ellos formaba parte del trabajo. Algo que fue tachado de «desvaríos» por parte del director ejecutivo del teatro.
En los últimos tiempos, sin embargo, el Ballet Bolshoi se ha convertido en una máquina capitalista. Los bailarines son freelance y a menudo se ven obligados a buscar trabajos extra para complementar su sueldo. La competencia es aún más feroz. Aunque los dos directores tuvieron acceso físico al teatro, aseguran que la institución es un libro cerrado. Las paredes del Bolshoi son muy gruesas.
Para los directores del documental, el legendario teatro es, junto a los fusiles de asalto Kalasnikov, la marca que define la Rusia moderna.
El documental Bolshoi Babylon, que se estrenará el próximo 8 de enero de 2016 en Reino Unido, se ha propuesto retratar las oscuras bambalinas de la que es, probablemente, la institución cultural más importante de Rusia. Sus directores, Nick Read y Mark Franchetti, consiguieron rodar en el Teatro Bolshoi entre 2013 y 2014, bajo una nueva dirección cercana a Vladimir Putin.