En una conversación que publiqué en Danza Ballet®, me contaba Asiya Lukmanova, alma mater del Russian Masters Ballet Camp, que Tatiana Sevastianova, conocida como Kvasova, que en su tiempo fue una de las bailarinas más virtuosas de la época del Kirov, es una de sus profesoras favoritas.
Sevastianova es, además de una de las extraordinarias maestras de la Académia Vagánova, una auténtica joya del ballet académico ruso que estará con nosotros en el intensivo de verano del Russian Masters Ballet Camp en Alicante durante el mes de julio.
Estar cerca de una profesional como ella es una oportunidad para no desaprovechar ni un minuto y obtener información sobre la técnica académica de la danza clásica de primera mano. Eso tiene para nosotros, un valor incalculable, y afortunadamente gracias a Asiya pude tomar contacto con la profesora y conversar con ella.
Lo comparto con todos ustedes.

Prof. Tatiana Sevastianova ¿puede contarnos como han sido sus años de estudios en la Academia Vagánova?
Ingrese en la Academia Vagánova cuando tenía 10 años, en 1959, y estuve formándome allí como bailarina durante 8 años hasta el 1967. Me gradué en la clase junto a Mikhail Barishnikov.
En las clases elementales mi profesora fue Olga Iordan; y me gradué en la clase de la maravillosa maestra Feya Balabina, que en aquella época era la directora artística de la academia. Las dos eran unas de las mejores alumnas de Agrippina Vaganova y solistas principales del ballet de Mariinsky de San Petersburgo. Desde luego son unas leyendas reconocidas del ballet ruso.
Ambas profesoras, Iordan y Balabina, llevaban un estilo de enseñanza muy “Vaganova”; un método bastante estricto de dar las clases, porque exigen a los maestros una demanda rigurosa en la absoluta y correcta ejecución de la tarea creada para el profesor.
Aparte de la perfecta ejecución técnica de la danza académica, los dos profesores exigían especialmente una actuación musical muy exacta de todos los movimientos. Para ellos, lo principal era la música, quiere decir, que la música abre y encuentra su propósito solo en una sincronización perfecta y absoluta transmisión junto a cada movimientos de la danza.
Esto lo he recordado toda mi vida, y ahora yo misma exijo a mis alumnos que sus movimientos tienen que “sonar junto a la música”. Solamente, en este momento, se puede transmitir toda la profundidad e idea de una composición musical.
Desde mis primeros años de estudios he bailado diferentes partes en los ballets del Teatro Mariinsky. y ya en las clases de nivel intermedio, en edad de 13 a 15 años, bailé todas las pequeñas partes solistas; como la Muñeca, o la Danza China y Pas de Trois en el Cascanueces, e incluso bailé en Teatro Mikhailovsky partes solistas, como uno de los cuatros pequeños cisnes.
Cuando llego la época de mi último curso, ya bailaba las partes solistas y principales de los ballets de repertorio como Cascanueces, Coppelia y otros.
Después de que pasaron muchos años de mi carrera profesional he vuelto a estudiar en la Academia Vaganova, pero en la facultad de pedagogía, en la clase de Irina Trofimova.
Ha sido usted bailarina, ¿puede contarme cuáles fueron sus papeles favoritos?
Después de graduarme he bailado las partes principales en todo el repertorio clásico, “Arlekinada”, “Cavalry Halt”, “Fairy Doll”, “Giselle” y muchos más.
Con la llegada de genial coreógrafo Leonid Jacobson al teatro he actuado como bailarina principal en todas sus ballets y miniaturas coreográficas. Bailé los famosos pas de deux Mozartiana, Rossini, Donecetti, Till Eulenspeigel con música de Strauss; también trabajé en las miniaturas de Rodin, Primavera infinita, Minotauro y la Ninfa y muchos más…
También trabajé con muchísimos coreógrafos famosos de la época: Boyarchikov, Polubencev, Aleksidze, Lasla Sherige, Pavel Shmog.
El que más me gustaba bailar eran las miniaturas dedicadas a las esculturas de Rodin con música de Debussy, porque en éste ballet se utilizaban no solamente cualidades técnicas de bailarina sino también una forma completamente nueva de transmisión del sentido de la danza y la música que era el que se obtiene a través de la plástica del cuerpo en donde se imita los movimientos de lo que seria una escultura viva. Esto fue un trabajo muy interesante.
Mucha gente habla hoy en día del método Vaganova, pero en profundidad, no son muchas las personas que saben y conocen en que consiste y, sobre todo, cuales fueron las reformas que introdujo Vaganova en la danza académica. ¿Podría usted explicar cuáles fueron los cambios que Vaganova introdujo?
Lo más importante es que ella ha desarrollado una metodología consecutiva de enseñanza, la cual tienen que seguir estrictamente los alumnos desde los 10 a los 17 años.
Es una metodología única en el sistema de enseñanza del ballet clásico en el mundo, donde se encuentra todo el proceso de desarrollo de un bailarín escrupulosamente descrito.
Durante este proceso, y en paralelo con el desarrollo del cuerpo del niño y la adquisición de la masa muscular, se va haciendo cada vez más difícil el estudio de la técnica. En sus clases, año tras año, se incrementa muchísimo el nivel de dificultades técnicas.
Vaganova ha añadido una consiente y correcta coordinación de movimientos y la grandísima importancia de la colocación y un cuerpo fuerte desde el primer “plié” de las clases elementales, hasta “aplomb” y “allegro”, con sus saltos más difíciles de las clases mas avanzadas.
Ha dedicado una gran atención a las manos. Según el método Vaganova, las manos tienen que terminar la imagen de la bailarina, y también tienen que ayudar en los saltos y piruetas. Esto es algo muy característico de la escuela de Petersburgo.
Gracias a Vaganova la Escuela Rusa de ballet siempre se puede reconocer por un estilo único de danza que se revela, más que todo, en una plástica muy harmónica de las manos gramáticamente correctas, muy melódicas y expresivas, y en el mismo tiempo por el aplomo del cuerpo de acero y porte noble y natural de la cabeza.
Hace pocos días, conversando con Asiya Lukmanov me comentaba que Vladimir Ponomarev hizo lo mismo con el ballet masculino que Vagánova con el femenino. Lamentablemente, poco sabemos de Ponomarev en occidente. ¿Puede usted hablarme de él y contarme cuales fueron esos cambios que ha introducido en la técnica masculina?
Vladimir Ponomarev, brillante profesor, fue el creador de la escuela moderna de la danza clásica masculina. El mejoró métodos de enseñanza de la danza masculina, al mismo tiempo que ha preservado la tradición clásica del ballet.
Las mejores palabras de alago hacia su éxito se pueden apreciar en sus excelentes alumnos y bailarines que él mismo ha formado, y quienes a su tiempo han cambiado el paso de la historia del ballet, entre ellos Yuriy Grigorovich, Konstantin Sergeyev, Alexander Pushkin, Leonid Jacobson, Vakhtang Chabukiani, Nikolay Zubkovsky y muchos más grandes artistas reconocidos en todo el mundo.
¿Qué necesita una bailarina para convertirse en profesora de ballet? ¿Piensa usted Prof. Sevastianova que cualquier bailarina, por más brillante que sea, puede ser maestra ?
Estoy más que completamente segura que incluso la más genial y brillante bailarina del mundo no siempre puede ser una buena profesora.
Ser profesora de ballet es un talento muy diferente: hay que saber ver los errores pero sobre todo, lo más importante es tener una habilidad especial de explicar y enseñar.
Enseñar hacer lo que demanda el maestro.
Muchas veces pasa que un profesor ve que algo está mal en un alumno y que lo que esta haciendo no es lo correcto, pero no sabe como explicar o llevar al alumno hacia lo que si es correcto.
La danza académica evoluciona a través del tiempo. Antes las bailarinas eran más “artistas” y ahora son más “gimnastas”; no todas, claro! ¿Que diferencias nota usted en la evolución de la enseñanza?
Es verdad Carolina. A día de hoy ha crecido muchísimo la parte técnica de la danza. Físicamente los artistas son más hábiles pero, desafortunadamente, en busca de la atracción en la ejecución por deslumbramiento de las dificultades técnicas, se pierde la parte artística.
Lo digo y actúo así en mi trabajo de cada día, que la tarea de profesor de danza actual es combinar el altísimo nivel de técnica con la obligatoria transmisión del arte del ballet y, sobre todo, la encarnación artística a través de la música y la plástica.
¿Cuáles son sus expectativas en los cursos de verano en Alicante, España? Una interesante noticia es que en colaboración con la organización del Russian Masters, el Ballet del Teatro Jacobson de San Petersburgo ofrecerá un contrato de prueba y sueldo con la posibilidad de continuidad y ascenso a contrato de artista a los mejores alumnos del intensivo de verano.
Durante las 3 semanas del curso compartiré con todos los alumnos presentes todos mis conocimientos adquiridos a lo largo de mi carrera artística y, para mi lo más importante, mis conocimientos pedagógicos.
Incluso, mi deseo es transmitirles y enseñarles conjuntamente la compresión de tres factores imprescindibles: la gramática, la musicalidad y el arte del ballet. Todo esto hará que puedan comprender en su totalidad lo que necesitan y se les demanda como artistas. Pienso que transmitidos estos puntos tan importantes en los bailarines y futuros artistas, ellos después tendrán las herramientas necesarias para poder trabajar correctamente y al máximo. Espero que nos alcance el tiempo!
Asiya Lukmanova nos contaba que usted “conoce todos los secretos y trucos de una bailarina virtuosa”, podría decirnos cuáles son? Miles de bailarinas y profesoras se lo agradeceremos!
Venid a nuestros master clases, y con muchísimo placer lo compartiré con todos – no guardo ningun secreto!
Prof.Tatiana Sevastianova, muchas gracias!
Cordialmente, Carolina
