80 Cumpleaños de Maurice Béjart

Maurice Béjart revolucionó el mundo de la danza con sus coreografías. El bailarín nacido en Francia cumplirá mañana 80 años y ha logrado, a través de su obra, convertirse en un referente indiscutido y en un modelo para muchos artistas.

Sus innovaciones en el campo de la coreografía le trajeron problemas en Francia, su país natal, por lo que Maurice Béjart se trasladó a fines de la década del 50 a Bélgica. Allí, el bailarín y coreógrafo que mañana cumple 80 años formó el Ballet du XXe Siècle. Este singular artista ha sabido balancear en sus creaciones efectos coreográficos basados en la danza moderna y en la acrobacia con el desempeño tradicional de bailarines con formación clásica. Sus revolucionarias producciones combinan elementos eróticos, como su versión de “Bolero” de 1961, o políticos y sociales, como en la coreografía que realizó en 1970 para “El pájaro de fuego”.

En su búsqueda incesante, Béjart incorporó a sus espectáculos elementos multimedia y efectos teatrales, como el uso de textos literarios. Tampoco se limitó a los teatros y a los escenarios convencionales para desplegar su danza: sus compañías de ballet se han presentado en estadios deportivos y en circos, y han convocado invariablemente a entusiastas multitudes.

Maurice Jean Berger (tal es su verdadero nombre) nació el 1 de enero de 1927 en Marsella, Francia. Desde muy joven mostró predilección por la danza y bailó en distintas compañías de su país natal. Béjart forjó una gran formación clásica bajo las enseñanzas de Madame Egorova, Madame Roussane y Léo Staats, y trabajó al inicio de su carrera con prestigiosos coreógrafos como Jamine Charrat y Roland Petit.

En 1949, durante una gira, comenzó a descubrir las posibilidades expresivas de la coreografía. En 1953 en París, fundó los Ballets de l`Étoile, más tarde conocidos como el Ballet Théatre de Maurice Béjart. En 1955 presentó su primera creación, “Sinfonía para un hombre”; esta obra le permitió descubrir el trabajo de los compositores Pierre Henry y Pierre Schaeffer, que le allanó el camino que buscaba hacia un nuevo lenguaje en la danza. En 1960 Béjart fundó el Ballet del Siglo XX, con el que estrenó “Bolero” y otras coreografías que comenzaron a perfilarlo a nivel internacional como una de las figuras de la danza en el siglo XX.

En 1980 debutó como director de ópera, con la puesta en escena de “Don Juan”, de Wolfgang Amadeus Mozart, en Ginebra. Ocho años después, Béjart trasladó la sede de su grupo a la ciudad de Lausana. La compañía pasó a llamarse Béjart Ballet Lausanne y el artista creó al mismo tiempo una fundación destinada a la promoción de distintas actividades relacionadas con la danza. Además de su tarea como bailarín y como coreógrafo, Béjart ha desarrollado una relevante labor pedagógica a través de sus dos escuelas: Mudra, fundada en 1970 en Bruselas, y Rudra, que comenzó a trabajar en 1992 en Lausana.

Con una sólida fama internacional obtenida gracias a la repercusión de su obra, muy efectista y de carácter impresionista, Béjart se ha convertido, a los 80 años, en un referente indiscutido.

Coreógrafo revolucionario Maurice Béjart cumple 80 años

PARÍS. De niño, el coreógrafo francés Maurice Béjart llevaba una boina y era llamado Bim, como ese niño sorprendido que en su pieza «El Cascanueces» descubre el mundo con los ojos bien abiertos.

«Cuando después de la presentación el público llama a ‘Béjart’ y yo aparezco en el escenario, no me aplauden a mí, sino a Bim», dijo modestamente el artista nacido en Marsella en una entrevista. Hoy en día, Maurice Béjart es considerado uno de los coreógrafos más significativos del siglo XX. Bim significa convertir la realidad en espectaculares piezas de teatro bailadas con eterna curiosidad. Y eso es lo que logra al igual que antes el maestro de la danza, que el lunes 1 de enero cumple 80 años, aunque cada vez más necesite andar con muletas

Desde hace décadas, las creaciones de Béjart despiertan fascinación. Conmueve al público con su concepto inconfundible y profundamente personal de la puesta en escena del baile. Su más reciente obra, «La vida de un bailarín», fue ovacionada en su querida Lausana. Sus producciones son mucho más que coreografías: Impresionantes obras de artes globales en la que confluyen idioma, música, danza y dirección.

Béjart ha presentado más de 100 coreografías marcadas con su estilo personal. Personajes literarios y personalidades históricas pueblan su cosmos, pero también los temas como el amor, la muerte, la luz y las mujeres. Son constantes que circulan de forma cíclica por sus obras, que oscilan entre el clasicismo y la vanguardia tanto desde el punto de vista musical como desde el de la danza. Es por ello que en «La vida de un bailarín», un colorido repaso a su vida creado con motivo de su 80 aniversario, conviven notas románticas wagnerianas con el éxito mundial de los Rollig Stones «Streets of Love» y música de computadora.

Como bailarín Béjart debutó en 1954 en su ciudad natal de Marsella. Hijo del escritor y filósofo Gaston Berger, su gran salto a la fama tuvo lugar en 1959 con la legendaria puesta en escena en Bruselas de «Le Sacre du Printemps», de Igor Strawinsky, una obra que supone un desafío para muchos coreógrafos, pero que sólo inspira a los pocos grandes. El gran éxito que logró Béjart no sólo le reportó un premio sino un contrato con el teatro de la Monnaie en Bruselas. Allí fundó el «Ballet du XXe siScle», con el que desarrolló su amplia danza artística. En verano de 1987, tras un escándalo, Béjart abandonó Bruselas y se trasladó con su compañía a Lausana. Allí cambió de nombre al grupo artístico que pasó a llamarse «Béjart Ballet Lausanne».

El coreógrafo ha sido considerado un «revolucionario» de la danza. Con él desapareció el clásico tutú del escenario y sus bailarines se enfundaron ajustadas prendas o jeans. Resultaron provocadoras coreografías con marcado acento sexual o claramente influenciadas por la moda. También resultó chocante para determinado público – especialmente el aburgesado de París- su gusto por la música conceptual de Pierre Boulez o Iannis Xenakis. Pese a los silbidos de protestas y los abucheos, Béjart no cedió en su concepción de vanguardia y prefirió trabajar en el extranjero o fuera de la capital francesa. Entre 1955 y 1960 realizó unas 33 producciones, entre ellas «Haut Voltage» en Lyon, u «Orpheus», en Lieja.

Como coreógrafo evolucionó desde su neoexpresionismo, basado en el existencialismo, hasta un misticismo de toque muy personal y con influencias orientales. A principios de los años 60 trabajó ampliamente la obra de Wolfgang Wagner.

Desde hace un tiempo el maestro ha comenzado a calmarse. En sus producciones ya no se ve al «revolucionario» de otros tiempos. Reflejan más bien la eterna curiosidad de Bim, para quien bien pronto la danza fue determinante y para quien todavía hoy constituye el elixir de la vida. Cuando Béjart se sienta en su silla en el estudio de danza en Lausana y da órdenes a sus bailarines no necesita dibujar nada. Tiene sus coreografías en la cabeza.

«Más luz’ fueron las últimas palabras de Goethe. Las mías serán: Más danza», dijo recientemente el maestro. Fuente: dpa

80 Cumpleaños de Maurice Béjart
Maurice Béjart, The Soul of Dance.

Body Ballet ® - Carolina de Pedro
La correcta danza clásica para adultos.
Danza clásica, elongación y estiramientos.
Desde 2003

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