«No mires atrás. Pase lo que pase, avanza» Maurice Bejart (Marsella, 1927- Lausanne, 2007)
Arantxa Aguirre ofrece una excelente película sobre la intimidad de una de la compañías de danza más prestigiosas del mundo, el Béjart Ballet Lausanne.
«El esfuerzo y el ánimo» es un largometraje que emociona y está plagado de bellas imágenes. Firmado en solitario por la cineasta Arantxa Aguirre narra las vicisitudes y el esfuerzo de la compañía de Béjart después del propio Bejart.
El 22 de noviembre de 2007, tras la muerte de Bejart, su patriarca y fundador, los 35 bailarines que componen el Béjart Ballet Lausanne junto a su director Gil Roman luchan para continuar con un legado extraordinario y único en la historia de la danza. Roman es miembro de la compañía desde 1979 y fue elegido por el propio coreógrafo «para continuar, preservar, poseer su obra y sus ballets”. Que este legado perdure más allá de la ausencia de su creador y que no desaparezca todo el vestigio de su arte y la compañía que creó Béjart hace más de 50 años, es un desafío que Roman emprende día a día en la lucha diaria en la que las preguntas son continuas y las incertidumbres se enfrentan y vencen a cada paso.
Como relata su creadora, «El esfuerzo y el ánimo es una película sobre personas que se pelean por salir adelante, no es sólo una película de danza. El documental habla de que la voluntad, las ganas de superarse y el no desfallecer son cosas importantes que ayudan a conseguir cosas impensables».
Se estrenó el pasado 6 de noviembre en Madrid después de pasar por Japón, Alemania y Suiza. La película, que toma el título de una frase de El Quijote, ha seducido a un amplio número de público y ha tenido un extraordinario éxito después de su presentación en la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci). Tiene probabilidades de llegar a proyectarse en Barcelona, aunque no hay todavía una fecha fijada.
Conversamos con la directora de la película, Arantxa Aguirre.
¿Cómo nace esta película y por qué?
Maurice Béjart ha sido siempre para mí una figura luminosa que con su obra me ha conmovido y me ha abierto horizontes. Desde que me dedico al documental he soñado vagamente con hacer algo sobre él. Pero faltaba la ocasión o quizá la necesidad de hacerlo, puesto que ya existen varios documentales sobre su vida. El hecho de que él faltara y su compañía se enfrentase a un período complicado me hizo ponerme en marcha: era el momento de hacer algo porque podía contribuir a defender su legado precisamente cuando más apoyo necesitaba.
¿Tenía contacto con Bejart y su Ballet más allá de su relación de estudiante?
Únicamente como espectadora fiel. Vi por primera vez al Ballet del siglo XX en el Palacio de los Deportes de Madrid en los años 70 del siglo pasado, cuando yo era una niña que estudiaba ballet. La emoción, el sentimiento, la sensación de plenitud que transmitía esa compañía era tal que uno se volvía “adicto” a Maurice Béjart y ya nunca dejaba pasar la oportunidad de acudir a sus espectáculos. Eso es lo que me ocurrió a mí: siempre que he podido he ido a verlos. Y siempre han seguido aportándome y enriqueciéndome.
Rodada en París, Basilea, Lausanne y Madrid. ¿Por qué estas ciudades?
Son las ciudades por donde ha ido pasando la compañía (o su director, Gil Roman, en el caso de París) durante el periodo de rodaje. Ahora me doy cuenta de que deberíamos haber puesto: “Rodada en la Ópera de París, en la St. Jakobshalle, el Théatre de Beaulieu y el Teatro Real”, porque realmente apenas hemos salido de los teatros, excepto en el caso de Lausanne, donde nos pasamos la mitad del rodaje en los estudios de la compañía. En esto hemos seguido la rutina de los bailarines, que muchas veces pasan por ciudades de las que sólo conocen sus teatros.
¿Cómo logra entrar en las salas de baile del Béjart Ballet Lausanne, en Lausanne, para realizar el documental?
En febrero de 2008 el Béjart Ballet Lausanne vino al Teatro Real de Madrid. En esa época mi productora, López-Li Films, tenía un acuerdo para rodar cada mes 2 reportajes de 15 minutos para la televisión del ayuntamiento: esMADRIDtv. De modo que filmé un reportaje sobre esta visita y ese cortometraje me sirvió de carta de presentación frente a Gil Roman. Tuve la suerte de que le gustara mi trabajo (quizá porque se dio cuenta de que yo rodaba con “conocimiento de causa”) y me autorizó a entrar en sus salas de estudio de Lausanne para hacer algo más ambicioso.
Gil Roman es el director elegido por el propio Béjart para continuar al frente del ballet, ¿piensa que podrá salir adelante con la compañía o es una responsabilidad demasiado alta?
Creo que Béjart no podía equivocarse en una cuestión tan importante como la designación de su sucesor al frente de la compañía. Eligió a Gil Roman y, en mi opinión, eligió bien. Gil posee la lucidez y el carácter necesarios para salir airoso de esta tarea titánica.
¿Hay vida después de genios como Béjart, Pina Bausch y Merce Cunningham?
Por supuesto. Creo que la condición de genio lleva aparejada la fertilidad. No puedo imaginarme un genio estéril.Al revés, sus obras tienen la virtud de generar frutos, respuestas, a través del tiempo.
En el documental, una producción de López-Li Films, ha entrado como coproductora TVE. Ha sido vendido a Suiza, Japón, Rusia, Alemania y a la televisión australiana. En España se estrenó en la Seminci de Valladolid, después de pasar por diversos festivales internacionales: Montreal, Zurich, Varsovia, Gante o São Paulo. Ahora llega para la compañía un momento más que oportuno. ¿Se proyectará en Barcelona? ¿Qué itinerario seguirá?
Me gustaría muchísimo que se pudiera ver en Barcelona porque creo que esta ciudad tiene más tradición de público de danza que Madrid, principalmente debido al Gran Teatro Liceo. Pero esto ya no depende de mí sino de los distribuidores y exhibidores cinematográficos de Barcelona, que hasta el momento no parecen muy interesados en programar un documental de danza. Ojalá consiga hacerles cambiar de idea.
Por otra parte, de momento el mes que viene (diciembre) se presentará en el Festival de La Habana y se estrenará en salas en Zurich y Tokio. Esperemos que siga gustándole a la gente.
En 1987 Béjart cierra la escuela Mudra y disuelve el Ballet del Siglo XX, único e inigualable. Se traslada a Lausanne, Suiza, donde abre el Béjart Ballet y en 1992, la escuela Rudra. Usted ha sido estudiante de ballet clásico desde niña, en Madrid y en La Habana, ¿en cuál de las 2 escuelas de Bejart estudio y como recuerda aquella experiencia?
Yo estudié durante unos meses en la escuela Mudra de Bruselas, a finales de 1984. En esa época viví el sueño de encontrarme personalmente en lo que yo consideraba el lugar más apasionante de este mundo.
¿Cómo fue la experiencia de proyectarla nada más ni nada menos que en la Cinemateca de Lausanne, donde la esperaba la compañía y la escuela de Maurice Béjart?
Lo cierto es que he presentado esta película en Montreal, Zurich, Varsovia, Valladolid y Madrid con bastante aplomo. Pero debo decir que antes de esa proyección privada de Lausanne hubo un momento en que me emocioné y no podía seguir hablando. Después, la proyección en sí fue inolvidable. Creo que jamás tendré mejor público porque vivían y entendían como nadie más podría hacerlo cada segundo de la película.
¿Cuál es su obra de ballet favorita y por qué?
Dependiendo de cómo me encuentre, de qué momento esté pasando o de muchas otras circunstancias me puedo inclinar por una u otra de tantas obras maestras que existen. Pero sin duda entre mis preferidas hay muchas de Béjart y quizá el Adagietto (con la que, por cierto, empieza mi documental) es una de las obras con las que más conecto.
¿Un coreógrafo?
Ja, ja, ja. Adivínenlo.
¿Una compañía de ballet?
Béjart Ballet Lausanne.
¿Sus próximos proyectos?
Me han hablado de hacer una película sobre una gran bailarina, pero prefiero no hablar de ello hasta que el proyecto no se haya concretado.
Muchas gracias!