El 19 de mayo 2009 se conmemoro el 100 aniversario de la primera actuación que la compañía de los Ballet Russes de Diagilev ofreció en el Théâtre du Châtelet de París. Por este motivo, y a modo de tributo, el English National Ballet —la segunda compañía de ballet de Gran Bretaña— presentó en el Liceu una delicada gala homenaje con un repertorio formado por algunas de las grandes obras de la mítica troupe, como Les Sylphides, La muerte del cisne, Le Spectre de la rose y Schéhéraze, todas creaciones de Michel Fokine.
El ballet romántico «Les Sylphides», con música de Chopin, fue interpretado elegantemente y con una suave fluidez por el cuerpo de baile, con Dmitri Gruzdyev en el rol del poeta. Más partenaire que activo protagonista, aportó en sus escasos momentos solistas un poco de vitalidad a este tranquilo ballet. Dotado de una línea simple y cuadros románticos es un ballet que emana una autentica espontaneidad y sencillez, formado por veintitrés etéreas bailarinas vestidas con blancos tutús romántico, es decir, largos, Ambientada en un parque bajo la luz de la luna, la obra fue estrenada por los Ballets Rusos el 2 de junio de 1909 en Théâtre du Châtelet de París.
Le spectre de la rose (Fokine-Weber-Bakst,1911) fue bailado por Daniel Caudiello. Con una fantástica y romántica intervención, sus largos y lánguidos brazos y maravillosas piernas se lucieron en su interpretación. Aunque no es un trabajo técnicamente exigente, su presencia estuvo marcada por una alta y plástica manera de bailar y recrear el personaje.
Un tema que ha despertado polémicas en el ambiente del ballet ha sido el vaporoso tutú de plumas que Karl Lagerfeld creó para Elena Glurdjidze, primera bailarina del English Ballet.
Coco Chanel fue benefactora y amiga de los Ballets Rusos y realizó una colaboración puntual con la troupe creando y costeando el vestuario de «Train Bleu» (1924) y de «Apollon Musagete» (1929).
Lagerfeld, director creativo de Chanel desde hace 26 años, no quiso dejar pasar la oportunidad de volver a unir el nombre de Chanel y los Ballets Rusos. Para honrar la conexión entre ellos ha creado un exclusivo tutú para «La Muerte del Cisne» de Saint-Saëns, quizás la obra más famosa del ballet clásico, creada por Fokine en 1907 para Ana Pavolva. En esta oportunidad fue interpretado por una precisa y agonizante Elena Glurdjidze.
El traje ha sido objeto de toda clase de comentarios, algunos a favor y otros en contra, pero cuando se trata de gustos la objetividad es subjetiva. Personalmente me pareció un precioso tutú. Hecho de tul y frágiles plumas de color gris pálido mezcladas con rosa pálido y blanco. Según comentan los expertos de Chanel no pesa absolutamente nada y se realizó en el Atelier Lamarié, uno de los siete talleres artesanos que la firma francesa posee. Este traje ha sido construido por tres expertas costureras de la maison que realizaron un autentico trabajo artesanal de más de cien horas. Lograron llenar todo el torso del tutú con 2.500 pequeñas plumas blancas más la parte trasera que también posee plumas. Ello le otorga una forma cónica como dos alas puntiagudas que se extienden a lo largo del plató del tutú, dándole una delicada volatilidad y creando un efecto muy suave.
El coreografo David Dawson se lució con una sensual y particular reflexión convertida en pas de deux, llamada «Faun(e)», e inspirada en la legendaria Prélude à l’aprés midi d’un faune, de Debussy. Siendo el único estreno de la noche, levanto grandes aplausos. El ballet se centra en el movimiento y el espacio y seduce por la plasticidad y elegancia de sus interpretes Esteban Berlanga y Raphael Coumes-Marquet. Espléndidamente bailada, con dos pianos en escena y una escenografía muy suave y relajante, la pieza seduce por el amplio espacio que abarcan sus bailarines y su libertad de movimientos, así como los saltos y sobre todo los magníficos port de bras donde los dos agraciados y elegantes bailarines lucían bellos torsos desnudos.
Lev Samoylovich Rosenberg, más conocido como Léon Bakst, fue un genio indiscutible que dotó a la compañía de Diaghilev con diseños escenográficos y vestuarios tan únicos como irrepetibles. Alcanzó fama internacional como uno de los fundadores de los Ballets Rusos junto a Diaghilev desempeñándose como director artístico y rápidamente sus coloridos trajes y decorados exóticos causaron sensación.
Schéhéraze fue una de sus creaciones más ambiciosas y maravillosas.
No es raro que fuera nombrado el ballet del momento cuando se estrenó en la Opera de París del 1910. La alta sensualidad de sus movimientos y la extravagancia general de la ambientación de la pieza marcan una alta diferencia con las otras creaciones de Fokin.
Schéhéraze se presentó durante la segunda temporada del Ballet Russes en París. Fue sobre todo el punto culminante de la carrera artística de la bella y glamorosa Ida Rubinstein. Su interpretación en el papel de la favorita del harén Zobeida junto a Nijinky en el papel del esclavo de oro marcó un hito en la historia de la danza pasando a ser auténticas leyendas.
La pareja formada por Begoña Cao y Arionel Vargas se lució en los papeles principales demostrando una alta destreza con grandes saltos y alta flexibilidad. Quizás un poco carente de erotismo, brindaron un importante impacto emocional al finalizar la obra justo antes de la muerte de la preferida del Rey.
En síntesis, una gala homenaje para agradecer en donde, sin duda, las estrellas fueron quienes con su creatividad y esencia encumbraron la danza del siglo XX.
